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AMPLIARMinistro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Zaffaroni

Para Zoffaroni los medios de comunicación crean un estereotipo de criminal

Así lo expresó el Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Zaffaroni quien ayer visitó Tucumán para disertar sobre criminología. En diálogo con TucumánHoy sostuvo que la criminología mediática es un invento de Estados Unidos que vamos adquiriendo en el país. Esto crea “un Ello del villero, del pibe de barrio precario, volviéndolo sospechoso”, explicó.

Eugenio Zaffaroni es Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Además de un lúcido y progresista intelectual. Reconocido en el mundo entero por ser uno de las personas que más conoce sobre criminología, vino ayer a Tucumán para disertar al respecto. Antes de esto, concedió con total generosidad, una entrevista a TucumánHoy en donde aborda el tema con un alto contenido crítico sobre el tratamiento que hacen los medios de comunicación.

“A mi juicio, hay dos criminologías, la académica que es la que muestra la sociología y el discurso mediático, una causalidad medio mágica que se maneja en los medios masivos de comunicación”, expresó el juez con su habitual mesura.

“Esto”, continuó “baja de Estados Unidos. Siempre existieron las dos pero se fue acrecentando con los medios, primero la prensa gráfica y luego hay un cambio cualitativo con la televisión. Llega un momento, producto de la dinámica política interna de ese país por los años ’70 y ’80, que trae aparejado un crecimiento exponencial que se dispara hasta hoy en el número de presos, más o menos un preso cada cien habitantes, acompañado de un discurso mediático que lo va adquiriendo Argentina”. Y agregó: “creemos que es un fenómeno nuestro cuando lo único que le agregamos es un dato folclórico”.

Para Zaffaroni esta situación en vez de colaborar para resolver el problema lo “complica todo porque saca el problema de donde hay que resolverlo, como ya se sabe cual es la excusa, la causa de todo está en un Ellos y la cosa no se centra en la prevención. O sea, el resultado de todo esto no afecta mucho a los pocos que comenten hechos graves, sino a un sector que en el caso nuestro es mucho más poroso porque no tenemos prejuicios, étnicos tan marcados. Como lo tiene Estados Unidos, donde por primera vez en su historia esa política, llevó a que más de la población penal sea negra. De cada 10 negros entre 20 y 30 años hay 3 presos. Lo que es una sobrerepresentacion enorme”.

En este sentido, con total lucidez, el especialista explicó que en nuestro país “se va creando un estereotipo, un Ello del villero, del pibe de barrio precario volviéndolo sospechoso, es ese el problema”. Y añadió: “un Ello que a dios gracias tenemos cierto control pero si se llega a descontrolar la autonomización policial comenzaremos con lo del ’84, ’85, las ejecuciones sin procesos. Todo movimiento de esta naturaleza encierra el riesgo de ser una semilla de genocidio que no se materializa porque no llega a terreno fértil pero si se llegara a dar hay que tener cuidado”.

¿Cómo se cambia esta situación? “Diciéndolo por los medios, como ahora”, respondió entre risas. “Cambiar esto es difícil porque la televisión se maneja con imágenes lo cual impacta en lo emocional. No es fácil cuando la televisión se maneja eligiendo víctimas, una técnica de manipulación que encierran una tremenda crueldad”.

A su vez destacó que “en este juego de imagen se maneja pensamiento concreto porque es mucho más difícil manejar pensamiento abstracto. Un ejemplo inmediato de pensamiento concreto fue Bernardo Neustadt. Había que pensar como él suponía que pensaba una señora de barrio con bastón de ruleros, Doña Rosa, cosa que siempre me ofendió porque mi abuela se llamaba así y nunca pensó de esa manera. Incitan a pensar en el pensamiento concreto cuando el ser humano se caracteriza por el pensamiento abstracto y la capacidad de inteligencia”.

¿Porqué los medios criminalizan tanto a los jóvenes? “El viejo nunca es un problema porque no se le paga la jubilación, se deprime y se muere entonces la forma de control es más fácil. En cambio el delincuente siempre es joven. Si se revisa La Nación desde 1900 a la fecha, cada dos por tres encontrarán un artículo de fondo que habla del crecimiento de la delincuencia juvenil, infantil y de la criminalidad. Si todo eso fuera cierto seríamos todos criminales. Es el discurso mediático. El estereotipo es joven a tal punto que en la población carcelaria se ve una jubilación temprana. Después de los 30 y 40 años hay un declive de la población penal muy marcado. El viejo en la cárcel casi no existe”, finalizó.

Sebastián Ganzburg

sebaganzburg@gmail.com