Diecinueve horas después de salir de Ezeiza, llegamos al Turning Stone Resort, en lo que fue un auténtico “viajón”. Ante el hecho de perder el vuelo a New York, no nos quedó otra que tomar el vuelo de American Airlines a Miami, que lamentablemente no tiene conexión con Syracuse, por lo que tuvimos que volar a Chicago. Después de casi cuatro horas de viaje, desviándonos bastante de nuestra ruta original, llegamos a la ciudad del viento y allí por fin pudimos tomar el avión a nuestro destino final.
Durante todas estas horas nos pusimos al día con sus días en Tucumán. Me contó acerca de la lesión, agravada por un esguince de tobillo, la semana previa al Greenbrier y sobre la llegada de su primera hija que será en los próximos días de la semana que viene,
Por suerte tantas horas fueron aprovechadas también para empezar a leer el segundo libro de la colección Millenium, donde Salander y Blomqvist me entretuvieron durante muchas de estas horas.
Al llegar a Syracuse, una pequeña ciudad al noroeste de New York, en el estado que lleva el mismo nombre, nos dieron el auto para toda la semana y un sobre con las indicaciones de cómo llegar, con un dólar con 45 centavos (sí las monedas exactas), que es lo que nos costaría el peaje que tuvimos que pagar antes de llegar al club.
El año pasado ya habíamos estado en el Turning Stone Resort, cuando se jugó por la Fall Series, y este año por primera vez es parte de la carrera por la Fedex Cup. Todo el mundo sabe que el torneo más importante esta semana es el Bridgestone, pero la gente de aquí está muy entusiasmada con esta oportunidad. En especial porque este torneo recauda mucho dinero para las poblaciones indígenas que todavía habitan por esta zona (Oneidas) y de donde salió Notah Begay.
Estamos en pleno verano y en esta parte del mundo la luz del día dura hasta las 8 y media de la noche, por lo que Andrés (Romero) decidió ir a practicar, más allá del eterno viaje que tuvimos. Llegamos al club, se puso los zapatos y encaró al tee del uno sin pegar una pelota antes de su primer drive. Obviamente no fue el mejor, pero de ahí en adelante lo vi bien, para haber estado tanto tiempo parado y sin practicar.
Jugó nueve hoyos y ya agotados nos fuimos al hotel buscando el descanso merecido. El Turning Stone es un resort espectacular, ubicado en el medio del campo, donde todos los que participan del torneo se alojan aquí, así que en alguno de los 6 restaurants o en el casino, o en el gimnasio o en el spa, siempre se cruza con algún golfista.
Algunas cortitas: Angel Cabrera, quien será nuestro único representante en el Bridgestone Invitational, volvió a tener como caddie a Eduardo Gardino, aquel con el que ganó el US Open. Estará por lo menos por estas dos semanas.
La otra, tiene que ver con el otro cordobés, el Gato y la situación que vivió en el US Senior Open. Lo que sucedió es tal cual lo cuenta Eduardo Botte, en uno de los comments…Eduardo es uno de los mejores “Rules officials” que tenemos y nos ha representado muy bien por el mundo..gracias por tu aporte.
Gentileza Marcos Virasoro
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