La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó ayer miércoles el proyecto de Resolución presentado por Bolivia para que el agua y el saneamiento sean declarados como un derecho humano, informó el embajador ante ese organismo internacional, Pablo Solón.
"Dijo que 122 naciones votaron a favor de la iniciativa boliviana, contra 41 abstenciones y ninguna que se haya opuesto a la misma", dijo.
Agregó que entre las naciones que se abstuvieron de votar estaban Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Canadá.
Solón anotó que, a partir del visto bueno de las naciones
integrantes de la ONU para que el agua sea considerado un derecho
humano, deben actuar en consecuencia para apoyar financieramente los
programas que permitan dotar a la humanidad de este elemento, por ser
vital para la vida.
El diplomático expresó su satisfacción por la decisión de la ONU,
que hace varios años, en la década de los años 40, declaró como un
derecho humano el acceso a la educación y al trabajo.
"No pudo ser menos que ese organismo internacional declare al agua
en la misma categoría porque los seres humanos necesitan de ese elemento
para sobrevivir y la tierra para producir".
Solón manifestó que la humanidad tiene derecho a acceder al agua potable limpia y segura y al saneamiento.
El presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, ha ratificado en
diversas oportunidades que el agua debe ser un derecho humano con libre
acceso a todos los ciudadanos.
"El agua potable es un servicio y no debe ser objeto de acciones
mercantilistas", dijo Morales, al resaltar que este servicio debe estar a
cargo de los Estados.
De acuerdo con estudios realizados por la ONU, por lo menos 884
millones de personas carecen en el mundo totalmente de agua limpia y
2.500 millones sólo pueden acceder a este recurso vital a más de tres
kilómetros de distancia de sus hogares.
Los estudios señalan, además, que 2.700 millones de personas carecen
de servicios de saneamiento y otras 1.200 no cuentan con servicios de
limpieza y de aseo, ni letrinas.
El proyecto de resolución presentado por Bolivia sobre el agua
reafirmó la necesidad de proteger y promocionar todos los derechos
humanos bajo la responsabilidad del Estado, aunque resalta la necesidad
de que la comunidad internacional coopere para que la humanidad tenga
acceso al agua y el saneamiento.
Sin embargo existen algunos países que tienen sus cuestionamientos
para que derecho al agua sea considerado un derecho humano. Por ejemplo,
en Inglaterra, la coalición liberal-conservadora de David Cameron ha
manifestado que quiere quitar de la resolución la mención al saneamiento
y que ésta hable del acceso al agua pero no su reconocimiento como un
derecho humano.
Igualmente en Australia, los laboristas en el poder han privatizado
el agua, mientras que en Canadá el primer ministro Stephen Harper alega
que no puede votarla porque ello obligaría a su país a compartir sus
reservas hídricas con Estados Unidos.
Bolivia ya ha consagrado en su nueva Constitución Política del
Estado que el agua es un derecho humano. Así lo establece en sus
artículos 16 y 20 donde resalta que el acceso al agua potable, el
alcantarillado y el saneamiento "es un derecho universal del hombre que
no puede estar sujeto al comercio".
Desde hace 10 años, Bolivia y sus movimientos sociales han entablado
una lucha para evitar que empresas privadas tengan a su cargo el
tratamiento y distribución del agua, al punto que ganaron la batalla.
Esa batalla para que el agua sea declarada un derecho humano ha sido
llevado ante la ONU en busca del aval que reciba el aval de casi dos
centenares de países consagren al agua como un derecho humano universal,
De acuerdo con los estudios realizados por la propia ONU, si es que
las naciones no asumen medidas en defensa de la sobrevivencia del
planeta, se corre el riesgo que hasta el año 2030 el mundo no cuente con
el agua suficiente para sobrevivir debido al calentamiento global del
planeta.
Solamente en Latinoamérica se teme que unas 77 millones de personas se vean ante la carencia del líquido elemento.
El presidente boliviano ha denunciado ante la Cumbre sobre el Cambio
Climático celebrado en Copenhague, Dinamarca, en diciembre pasado, que
si el mundo no toma sus previsiones en defensa de la tierra como fuente
de vida, al igual que del agua, el mundo avanza a pasos agigantados
hacia su destrucción.
El fracaso de la Cumbre de Copenhague, donde no se lograron acuerdos
ni entre propias naciones desarrolladas, hizo que Morales convocará a
los representantes de organismos internacionales, Gobiernos, movimientos
sociales e indígenas a reunirse en abril pasado en la localidad de
Tiquipaya, en el marco de la Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre el
Cambio Climático y la Defensa de la Tierra a adoptar decisiones.
En ese encuentro, al que asistieron más de tres millares de
delegados de los cuatro continentes, fueron aprobadas un conjunto de
recomendaciones entregadas por el propio mandatario boliviano al
secretario ejecutivo de la ONU, Ban Ki-moon para que sean incluidas en
los debates de la próxima cumbre sobre el cambio climático a celebrarse
en Cancún. México, en diciembre.
Entre esas recomendaciones está la necesidad de que el mundo y sus
líderes tomen cartas en el asunto en defensa de la vida, de la tierra y
del agua como recursos esenciales para que la humanidad sobreviva.
Morales hizo patente su convencimiento de que los cambios climáticos
que sufre el planeta los últimos tiempos se originan en las acciones de
los países ricos que están inmersos en una carrera industrializadora
irracional que solamente busca fines mercantilistas sin importarles la
vida de la humanidad.
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