Bogotá y Caracas empezaron ayer a pulir los argumentos con los que irán a la próxima cumbre de la UNASUR en la que se analizará el diferendo bilateral, mientras España renovó su oferta de mediación y el canciller venezolano, Nicolás Maduro, y el presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, recorren la región para dar sus visiones del conflicto.
Ecuador, a cargo de la presidencia pro-témpore de la UNASUR, llamó a reunión de cancilleres para el jueves, como paso previo a un encuentro presidencial, todavía sin fecha, y de cara a esas deliberaciones es que los gobiernos de Colombia y Venezuela comenzaron a alistar sus argumentos.
No obstante, existen chances de que la reunión de cancilleres se
suspenda y el tema sea discutido directamente por los mandatarios, como
se hizo en Bariloche cuando el tema de las diferencias fue el acuerdo
Bogotá-Washington por el uso de bases militares.
Con todo, el
canciller Maduro y el presidente electo Santos están de recorrida en la
región para explicar, el venezolano en público y el colombiano en
privado, las posturas de sus respectivos países en el tema.
Maduro,
quien mañana ofrecerá una conferencia de prensa en Buenos Aires, tras
entrevistarse con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, insistió
hoy desde Brasil en que el gobierno de Alvaro Uribe pretende
"justificar" el emplazamiento de las bases estadounidenses en su
territorio sobre "mentiras" y remarcó que su país fue "víctima durante
más de 60 años de la guerra en Colombia".
El diplomático reseñó
que el conflicto interno colombiano "vinculado con el narcotráfico y el
paramilitarismo" provocó un "desplazamiento de 4 millones de colombianos
que fueron a vivir a Venezuela", y que ese cuadro llevó a Bogotá a
armar "un expediente para justificar la presencia de bases militares de
EEUU".
Santos, en tanto, estuvo hoy en Chile y Argentina y mañana
estará en Perú, como parte de una recorrida previa a su asunción,
aunque evita pronunciarse en público sobre el conflicto, amparado en que
hasta el 7 de agosto le toca a Uribe la responsabilidad de hablar.
En
tanto, el gobierno de Estados Unidos salió al cruce de la denuncia de
Hugo Chávez del fin de semana sobre los presuntos planes de un ataque
militar contra Venezuela, y resaltó en cambio su interés por continuar
con la compra de petróleo, operatoria a la que calificó como "mutuamente
beneficiosa".
"Como lo hemos señalado en el pasado, Estados
Unidos no tiene intención de entablar una acción militar contra
Venezuela", aseguró la vocera del Departamento de Estado estadounidense,
Virginia Staab, según reportó la agencia de noticias ANSA.
A la
serie de declaraciones se sumó España, cuyo gobierno reiteró que está
dispuesto a participar en "cualquier iniciativa" destinada a contribuir a
"rebajar las tensiones" entre Colombia y Venezuela, que rompieron
relaciones el jueves pasado.
La ruptura fue decidida por Chávez
después de que Bogotá llevara al Consejo Permanente de la OEA su
denuncia de que guerrilleros de las FARC y el ELN se ocultaban en
campamentos del lado venezolano, con el amparo de Caracas.
El
recalentamiento del conflicto afecta severamente el comercio en la zona
de frontera, a donde puso la mira el gobierno de Uribe, cuyo ministro de
Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, quien reveló que se están en estudio
medidas para paliar los efectos de la ruptura.
Los comerciantes
de la región pidieron el pasado fin de semana al gobierno colombiano que
decrete la emergencia económica por la caída del comercio y del turismo
en los últimos meses, pero Zuluaga respondió que esas medidas no se
pueden adoptar "de un día para otro".
Según el ministro, una de
las medidas sería reducir los requisitos para la instalación de zonas
francas a la misma exigencia de inversión de un millón de dólares que
está vigente en otros sectores.
Además, se analiza la posibilidad
de reducir temporalmente el cobro del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y
de organizar una rueda de negocios en la ciudad de Cúcuta, con el
objetivo de que los colombianos viajen a la frontera a hacer compras.
"Son
tres acciones concretas e inmediatas que esperamos estar puliendo en
las próximas horas para poder estimular el comercio en la zona de
frontera", dijo Zuluaga.
La presidenta de la Cámara
Colombo-Venezolana de Comercio, Magdalena Pardo, dijo que al menos 5
millones de personas que viven en la frontera se ven afectadas por las
tensiones.
Según algunos estudios, la caída del comercio con
Venezuela le representó a Colombia la pérdida de 200 mil y 350 mil
empleos en la pequeña y mediana empresa, respectivamente.
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