El presidente de Bolivia, Evo Morales, descartó ayer la posibilidad de que su gobierno intervenga la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), como lo dejó entrever ayer el viceministro de Deportes, Miguel Ángel Rimba.
"No vamos a intervenir, nunca pensamos hacerlo", señaló el mandatario indígena durante el acto de inauguración de unos juegos deportivos regionales y reproduce la agencia DPA.
Sin embargo, Morales criticó a la dirigencia del fútbol rentado boliviano por considerar que algunos de sus miembros, "viven del deporte y no para el deporte".
En ese sentido, señaló que los congresos tanto de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano como de la FBF, que se desarrollarán este fin de semana para elegir a sus respectivos nuevos presidentes deben suspenderse hasta que se consensúe un acuerdo general del sector, para "reencauzar el rumbo del fútbol boliviano".
El gobierno boliviano impulsa la idea de que los actuales dirigentes del fútbol deben ser cambiados, y para ello, como lo señaló Morales, "no se puede negar el derecho a opinar", lo que no significa que estén con la intención de intervenir las instancias administrativas del balompié.
La difícil situación del fútbol en Bolivia ha provocado que varios dirigentes, huelga de hambre de por medio, exijan un cambio en la dirigencia y así evitar que Mauricio Méndez y Carlos Chávez, mandamases de la Liga y de la FBF, respectivamente, desistan de su idea de mantenerse en los puestos por un periodo más.
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