Crece el temor al contagio en varias ciudades francesas luego de que, por tercera noche consecutiva, la policía fuera blanco de agresiones con armas de fuego en el popular bario de Villeneuve, mientras el gobierno ordenó el despliegue de 250 militares y dos helicópteros para detener los movimientos.
Este lunes, la calma parece haber regresado a Villeneuve a pesar de los tres impactos de bala recibidos anoche por un camión de la brigada anticriminal (BAC) de la policía francesa, sin que se produjeran heridos, según informo la policía.
La violencia en el popular suburbio de Grenoble se desencadenó el pasado viernes, día en que la policía abatió al joven Karin Boudouda, de 27 años, con antecedentes de robo de autos, de comercios a mano armada y tráfico de drogas, tras una persecución en auto luego de que este robara un casino.
Los vecinos ponen en duda la versión policial -confirmada por una investigación de la inspección general de la policía (IGPN)- de que Boudouda fuera abatido "en legítima defensa" por tiros policiales luego de que éste abriera fuego.
El joven murió a causa de un disparo en la cabeza cerca de su vivienda, y sus familiares acusan a la policía de emplear violencia excesiva.
Este hecho disparó tres noches de violencia en las que fueron incendiados 80 vehículos y una decena de edificios públicos, en una ciudad que cuenta con 28.000 habitantes y el 28% de la población se encuentra desempleado.
El domingo, la sede de una gendarmería de Saint-Egreve, otro suburbio de Grenoble, fue atacado con cócteles molotov. Las autoridades afirmaron que el ataque esta ligado "indirectamente" a las protestas de Villeneuve.
Ayer por iniciativa del ministro del Interior Brice Hortefeux, el Prefecto de Iseres junto a otras autoridades de la zona comenzó a organizar reuniones con habitantes del barrio para calmar los ánimos y escuchar el reclamo de la población de uno de los barrios mas desfavorecidos de la zona.
La ministra de Justicia, Michelle Alliot-Marie, en tanto, aportó hoy, mediante un comunicado, su apoyo a "la fuerte y dinámica política penal” que lleva a cabo el gobierno aclarando que "los responsables” de haber disparado "balas reales” contra la policía "no escaparan a la ley”.
Por su parte, el diputado socialista Manuel Valls calificó de "fracaso” a la política de seguridad del gobierno del presidente Nicolas Sarkozy, quien recientemente anunció con vistas a las elecciones presidenciales de 2012 que se ocuparía más intensivamente de la seguridad en las ciudades y que entre otras cosas mandaría instalar cámaras de video.
Cuatro de los 20 detenidos permanecen en poder de la justicia acusados de haber disparado contra los policías. Mañana deberán comparecer y sus penas serán dictadas en el acto.
La madre del joven muerto, Saliya Boudouda, anunció que presentará una denuncia para que se aclaren las circunstancias de esta muerte que, según la policía, se produjo cuando escapaba de un robo.
Asimismo, anuncio que las exequias de su hijo tendrán lugar el miércoles en "un cementerio de los suburbios de Grenoble".
Entretanto, en medio del temor a un efecto dominó, en la pequeña localidad del centro de Francia, Saint-Aignan (3.400 habitantes), unas 50 de personas atacaron anoche la sede de la gendarmería con hachas, palos de béisbol para protestar por la muerte el viernes a la noche de un joven de origen gitano, según informan los medios galos.
La gendarmería debió ser protegida por los efectivos, quienes hoy recibieron el refuerzo de 250 militares y dos helicópteros.
La versión policial afirma que el joven no respetó un control policial y que al intentar ser interpelado arrastró sobre su capot a un policía durante 500 metros. Uno de los gendarmes presentes disparó dos tiros sobre el vehículo hiriendo mortalmente a "Luigi", de 22 años, quien luego fue encontrado muerto a pocos kilómetros del lugar.
La comunidad gitana sostiene que los policías se encontraban sin uniforme, que dispararon a mansalva y que luego cambiaron la postura del cuerpo de la víctima. Los dos gendarmes se encuentran detenidos mientras se realiza la investigación de los hechos.
Por su parte, los medios locales hablan de "un arreglo de cuentas" entre "los gitanos" y la policía, en un hecho que pese a no encontrarse vinculado con la muerte del ladrón de Villeneuve, potencia el descontento popular en la poblada región del sur francés.
En noviembre de 2006, durante tres semanas la periferia de París fue escenario de un violento levantamiento tras la muerte de dos jóvenes de 16 y 17 años, que al escapar de un control policial murieron electrocutados al esconderse en un generador de electricidad.
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