El canje de espías más importante desde el final de la Guerra Fría entre EE.UU. y Rusia se produjo en Viena, según confirmó el Ministerio ruso de Exteriores en un comunicado y también el Gobierno estadounidense. Desde Rusia se apuntó que el acuerdo fue posible gracias a la actual mejora de las relaciones entre el Kremlin y la Casa Blanca.
El intercambio de espías se efectuó "en el contexto general de mejora de las relaciones ruso-estadounidenses, con el fin de darles un nuevo dinamismo en el espíritu de los acuerdos al más alto nivel entre Moscú y Washington sobre el carácter estratégico de la cooperación bilateral", señaló la Cancillería en un comunicado.
Los diez detenidos en EE.UU. han aceptado un trato con la justicia por el que se reconocieron culpables de actividades ilegales, aunque no de espionaje, a cambio de su inmediata deportación a Rusia. Rusia entregó a tres oficiales de sus servicios secretos y a un científico, que fueron condenados por espiar para Washington y a los que el presidente Dmitri Medvédev indultó la víspera para hacer posible el intercambio.
La Cancillería rusa subrayó que el acuerdo para este mayor canje de espías entre Washington y Moscú desde el fin de la Guerra Fría fue alcanzado por el Servicio de Espionaje Exterior ruso y la CIA estadounidense con el visto bueno del Kremlin y la Casa Blanca.
Ambos servicios de inteligencias acordaron el canje "por encargo de los dirigentes de sus países, a partir de consideraciones humanitarias y los principios de cooperación constructiva, y en correspondencia con la legislación de Rusia y EEUU".
Moscú expresa la esperanza de que la política de cooperación estratégica acordada por los presidentes ruso y el norteamericano, Barack Obama, avance "de forma consecuente" y que fracasen todos los intentos de desviar a los dos países de este rumbo.
Según analistas, tanto Moscú como Washington deseaban cerrar cuanto antes ese embarazoso caso de espionaje, que ensombrecía el nuevo espíritu de sus relaciones bilaterales y podría torpedear la ratificación en EEUU del nuevo tratado de desarme nuclear.
Hacia las 11.15 horas (09.15 GMT) aterrizaron un avión ruso y otro estadounidense en el Aeropuerto Schwechat (el aeropuerto internacional de Viena). Las televisiones mostraron imágenes de un Boeing 767 de la compañía Vision Airlines, aparcado junto al avión ruso, un Yak-42, en una pista del aeropuerto, con las escalerillas dirigidas al edificio principal, de tal forma que se impedía cualquier imagen del intercambio.
"Según algunos testimonios oculares, el intercambio (de agentes) tuvo lugar mediante un microbús negro", informó la agencia austríaca APA. Se vieron algunas personas con chalecos amarillos bajar y subir las escalerillas. Algunos testigos dijeron haber visto cómo algunos entraban en un microbús negro que fue de un avión al otro.
Una vez producido el supuesto intercambio, la nave rusa en la que posiblemente viajaban los 10 agentes expulsados de EE.UU. despegó de la capital austríaca sobre las 10.30 horas GMT. Alrededor de un cuarto de hora después el Boeing 767 estadounidense despegaba del aeródromo austríaco, presumiblemente con cuatro ciudadanos rusos que trabajaban para Washington.
Esta es la mayor operación de este tipo desde 1985, en plena Guerra Fría, cuando más de 20 espías cambiaron de manos entre ambos bloques en Berlín.
El Gobierno de Austria no ha dado información sobre el intercambio: "No es nuestra historia. Por eso no puedo confirmar ni desmentir", dijo esta mañana Rudolf Gollia, portavoz del ministerio austríaco del Interior.
Según Siegfried Beer, director del Centro Austríaco para Estudios de Servicios Secretos, Propaganda y Seguridad, las autoridades de la república alpina sí han estado informadas. "En cualquier caso, en estas acciones, los servicios secretos austríacos están informados o incluso participan", dijo Beer en declaraciones al diario austríaco Kurier.
Desde la Guerra Fría, Viena ha sido y es un centro de agentes secretos, no sólo por su situación geopolítica, como país neutral, sino también por otras condiciones favorables. "Austria es un espacio importante de operaciones para servicios secretos extranjeros y funciona como un nudo estratégico", indicó el Informe de 2010 del Servicio de Protección de la Constitución de Austria.
El departamento de Justicia de Estados Unidos confirmó el canje en un comunicado emitido poco después de que el avión que transportaba a los 10 espías llegara a Moscú, procedente de Austria. "Estados Unidos ha transferido con éxito a 10 agentes rusos a la Federación Rusa y la Federación Rusa ha liberado a cuatro personas que estaban encarceladas en Rusia", dijo Dean Boyd, portavoz de la Oficina de Seguridad Nacional del departamento de Justicia.
Más tarde, la Fiscalía federal de Manhattan retiró los cargos contra las diez personas . "Como resultado del exitoso intercambio producido en Viena entre diez agentes rusos y cuatro individuos que habían sido encarcelados previamente en Rusia, la Fiscalía ha pedido a la corte que desestime cualquier cargo que quede pendiente contra esos diez individuos", explicó el fiscal federal de Manhattan, Preet Bharara.
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