Se trata de “Cuestión de principios”, dirigida por Leonardo Goloboff. Un padre comunista y su hija liberal se reencuentran. Una obra de texto, enmarcada en el realismo argentino. Buenas actuaciones. Diálogos interesantes y reflexivos. Una puesta que invita al disfrute estético. Última función
Sábados a las 22 en el Círculo de la Prensa.
Cuando se habla de Leonardo Goloboff se habla de teatro de texto, de realismo y Cuestión de Principios, de ‘Tito’ Cossa, interpretada por Verónica Pérez Luna y Juan Tríbulo, no es la excepción.
Un viejo gremialista del Partido Comunista y su hija se reencuentran. La excusa: las memorias del padre quien le pide, a la mujer de alrededor de 40 años, que se las escriba. Periodista destaca y escritora exitosa. Un choque generacional, lleno de contradicciones. Texto interesante donde se expone lo conservador de un hombre que mantiene sacrosantamente sus principios.
Su hija, liberal y abstemia al “vino y a la revolución”. En un momento dice: “descubrí otros caminos buscando la libertad, el sexo”. Con esto Cossa saca a la luz lo totalitario y prejuicioso del pensamiento PC, que se repite en el resto de la izquierda argentina. Más tarde le dice al padre: “tus principios te llevaron al fracaso”.
Este choque, realizado a través de diálogos sólidos y reflexivos, logra que durante la puesta (sábados a las 22 en el Círculo de la Prensa), el espectador disfrute y se sienta cautivado. Aceptando que lo que tiene al frente es un intento de perfeccionar el clásico realismo argentino.
El escenario se divide en dos. Por un lado el espacio del comunista, lleno de libros, revistas y papeles, todos documentos originales. Por el otro, una mesita de luz, alguna vela, espejo, ropa colgada y cambiador. Con lo cual se intenta expresar lo banal de la personalidad de esta mujer. Pero, banal ¿para quién?
La ambientación musical con La internacional que define al Padre y El unicornio azul para Melina, constituyen significantes sonoros imprescindibles como el resto de las canciones elegidas de manera precisa.
Las actuaciones tampoco tienen desperdicio. Verónica Pérez Luna expresa una necesaria sensualidad. Mientras que Juan Tríbulo no defrauda siendo el tosco militante izquierdista.
En definitiva, una obra que invita a la reflexión, disfrute estético. Definida por la pulcritud, perfeccionismo y sobre todo, mucha actualidad.
Recomendación: llegar 15 minutos antes del inicio. La sala es chica, alrededor de cuarenta personas. Desde el estreno que no hay butacas vacías.
Ficha técnica
Actúan: Verónica Pérez Luna y Juan Tríbulo. Diseño espacial: Leonardo Goloboff. Banda Sonora: Mario Ramírez y Leonardo Goloboff. Vestuario y ambientación: Equipo Teatral Dominó. Iluminación: Mario Ramírez. Asistencia de Dirección: Mariana Ezcurra y Mónica Méndez. Asistencia de producción: Mariana Ezcurra y Mónica Lobo. Ayudante de dirección y regencia de escena: Mario Ramírez. Dirección: Leonardo Goloboff.
Aclaración: nota publicada el 30 de junio del 2010, luego del estreno de la obra
Sebastián Ganzburg
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