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Convertir el trabajo en placer

¿Es posible que nuestro trabajo, concebido desde siempre y casi sin excepciones como una mera obligación, se convierta en una cotidiana fuente de placer en la cual podamos resfrescarnos durante ocho horas al día? José María Blunda cree que sí y lo explica en su libro Trabajar Motivados, donde vuelca su vasta experiencia como asesor y capacitador de recursos humanos en los ámbitos público y privado de Tucumán y el país.

La obra del licenciado en psicología, quien cuenta además con postgrados de especialización en Transformación Organizacional y Pensamiento Innovador en Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), postula la necesidad de modificar nuestra consideración respecto del trabajo, a fin de convertir lo que hoy es para nosotros un simple empleo en una verdadera vocación, apelando a estrategias que sorprenden por su simpleza.

Para el profesional, esto se logra, por un lado, aprovechando nuestra actividad laboral para expresar y potenciar nuestras fortalezas. Todos tenemos características particulares de nuestra personalidad que pueden ser consideradas como tales y, si conseguimos articularlas con nuestro empleo, habremos dado un paso muy importante hacia el objetivo de mejorar nuestra relación con el trabajo. Además, recomienda evitar que la rutina nos haga perder de vista el vínculo inevitable que hay, o debería haber, entre nuestra actividad laboral y los grandes objetivos que soñamos con alcanzar.

Blunda, que presentará su trabajo el martes 29 de Junio a las 19.30 en el anfiteatro de la UNSTA, entiende que todo esto contribuirá a que nuestro vínculo con el empleo que elegimos todos los días, mejore hasta el punto de recuperar o encontrar las motivaciones que nos impulsarán a desarrollarnos y crecer laboral y profesionalmente.

Siendo el trabajo una parte fundamental de nuestra existencia, superar la imposición cultural que nos impulsa a colocarlo en un plano opuesto al placer, nos abrirá las puertas de una nueva calidad de vida, hasta aquí desconocida por quienes crecimos con ese condicionamiento que hoy, sin que nos demos cuenta, nos limita en nuestro desenvolvimiento cotidiano