Medio millar de jujeños asistieron ayer al Inti Raymi, ceremonia por el solsticio de invierno, que se realizó en un bello balcón en el cerro Las Rosas al que llegaron caminando, pero el oficiante no pudo realizar la lectura de los rayos solares y el augurio para el nuevo año agrícola en el mundo andino.
Pese a lo nublado del comienzo de la jornada, el intendente de Jujuy, Raúl Jorge, dijo a Télam "no importa, el sol siempre está" mientras se preparaba la ceremonia y el sonido de un erke ordenó silencio y comenzaba a alumbrarse el lugar, alrededor de las 7:45 ,
Edilberto Soto de la Cruz, un estudioso de la cultura andina y conocido como Huanca Wilka y Concepción Katunta, a la que llaman Qusiquilla, extendieron un aguayo en el suelo y colocaron vasijas con vino y alcohol, con los que luego el intendente ofrendó al sol mirando al este.
"Los ojos bien abiertos", aconsejó Huanta Wilka a la gente que, con la rodilla izquierda en el piso, los brazos levantados y las palmas de las manos hacia el sol, pidió por salud, alimentos y un buen año agrícola.
Detrás de los oficiantes se encendieron cuatro fogatas, con leña encendida que trasladó la gente, simbolizando los cuatro puntos cardinales, pero también los cuatro elementos: la tierra, el agua, el fuego, el aire, que se encuentran en la naturaleza.
La ceremonia la abrió el intendente, que momentos antes se había colocado una "montera", casco que usan los guerreros o bailarines de tinku, y con una vasija entre sus manos realizó la ofrenda arrojando el vino en tres lugares: por la cultura, la historia y el lugar donde se encontraba.
Flanqueado por dos "wipalas" (coloridas banderas que acompañan todas las ceremonias ancestrales) y una bandera blanca en las espaldas, que simboliza el día más blanco del año, Huanca Wilka realizó varias invocaciones además de pedir que la gente adopte una actitud de recibir la energía del sol.
Al finalizar anunció que el año próximo en el mismo lugar se hará una "pachamanka con piedras macho", la fiesta de la gastronomía andina, en una suerte de horno en la tierra calentando con mucho fuego las piedras para que los alimentos se cocinen.
El silencio en las alturas del cerro se hizo escuchar y todos estuvieron envueltos constantemente con el humo de sahumerios que perfumaron el lugar en el día del equinoccio de invierno, cuando el día tiene igual duración que la noche.
En el agasajo se invitó con un vaso de api, que se elabora con maíz morado y es uno de los principales alimentos de los pueblos andinos y se toma cotidianamente en Jujuy.
"Esta es una ceremonia colectiva, nadie es observador", recomenzaba a cada instante el oficiante, mientras un grupo de mujeres entre la que se encontraba Beatriz "Negrita" Cabana, folclorista, cantaron al Sol en aymará, y un bailarín de tinku danzó seguido con palmas y mucho entusiasmo, cuando ya estaba clareando, pero aún lluvioso.
La intendencia de Jujuy incorporó la ceremonia del Inti Raymi, que también se realiza en las proximidades de la localidad de Huacalera, donde hay un monolito que recuerda el paso de la línea imaginaria del trópico de Capricornio por la zona, el calendario turístico cultural municipal.
"Nuestro interés es la cultura andina porque formamos parte de ella, además acercamos a la gente que no puede ir a otro lado la ceremonia con las mismas características que se realiza en la Quebrada de Humahuaca o en la Puna , como también en Bolivia y Perú otros lugares", expresó el intendente acompañado por todos los integrantes de su gabinete.
A las 4 de la mañana habían comenzado a encender la fogata principal y mientras se esperaba el amanecer Tomás Lipán, otro hijo dilecto de Jujuy, acompañó con sus canciones a los que iban llegando al lugar, emponchados, con sombreros, gorras y paraguas.
Eran las 8:30 de la mañana y pese al frío y la humedad en el terreno los visitantes insistieron en quedarse un rato más en la zona aprovechando el feriado, cuando ya habían madrugado para presenciar la ceremonia ancestral.
En el barrio Tupac Amaru, en la zona de Alto Comedero, la organización barrial homónima que lidera Milagro Sala dejó inaugurada una réplica del templo de Kalasasaya, ubicado en Tiwanaco, en Bolivia, que los componen el templo del Sol y el de la Luna, donde también realizaron la ceremonia del Inti Raymi.
La réplica de la puerta del Sol y de la Luna es obra del escultor Rodolfo Frodermann y en su construcción trabajaron durante cuatro meses sesenta personas, entre ellas el artista Javier Simón, para luego trasladar las copias a cemento.
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