El Jefe de Inteligencia de la Policía durante el proceso deberá someterse a una pericia caligráfica para determinar si una firma de un parte policial del 1977 le pertenece o no. Allí figura como Jefe de ese departamento, cosa que niega. Según la testigo Noemí Pastor, Albornoz capturó a su hermano ese año de la confitería ‘El Buen Gusto’.
El ex comisario Roberto Albornoz no merece otra cosa que la cárcel común. Según todos los testimonios, el Jefe de Inteligencia de la Policía de Tucumán durante el proceso, se cansó de matar y torturar personas. Incluso su oficina funcionaba frente a la sala de torturas.
Fue allí precisamente que recibió a Noemí Pastor en 1977, luego de que la mujer insista innumerables veces para saber el destino de su hermano Enrique quien fue capturado el 1 de febrero de 1977 de la mítica confitería ‘El Buen Gusto’. Su novia, según la testigo, por celos denunció que Enrique tenía un arma de fuego, que estaba en casa de la mujer. La policía no tardó en capturarlo. Según Noemí, ese comando estaba bajo el mando de González Nayar y Albornoz.
“Cuando me atendió, luego de tres días que fui sin éxito, me hizo pasar por un pasillo indescriptible donde escuchaba gritos constantes. Allí entramos a un recinto terrible”, explicó. La zona según la testigo se encontraba sobre calle Santa Fe, entre salta y Junín, donde funcionaba el centro clandestino, donde se torturaba, donde Albornoz tenía su oficina. “Lo único que me dijo fue que mi hermano no figura en ningún lugar”, relató.
Luego de la declaración el fiscal Terraf pidió que se exhiba un parte policial emitido en 1977. Allí está la firma de Albornoz como Jefe del Departamento de Inteligencia de la Policía y la de Albino Zimmermann como Jefe de Policía.
La prueba es reveladora porque el imputado cuando declaró al inicio del juicio, en febrero, negó ese cargo. Por este motivo deberá someterse a una pericia caligráfica.
Irregularidades
Hace dos semanas, un sábado, una testigo denunció a través de la querellante Laura Figueroa que Albornoz estuvo comprando en el supermercado Vea, a pesar de la detención domiciliar que está ‘cumpliendo’. Por eso el Tribunal pidió al establecimiento que informe sobre esta situación. Teniendo en cuenta que tiene cámaras de seguridad. Además se estima que Albornoz puede haber comprado con tarjeta de crédito o débito, por eso también solicitaron esa información. Pero el encargado de seguridad de Vea respondió que las cámaras no funcionan desde hace dos años y que no graban. El perito técnico del TOF corroboró que las cámaras estaban desenchufadas cuando hizo la inspección.
Esto causó la indignación de la querella, sobre todo de Laura Figueroa. “Aquí hay intencionalidad de encubrimiento”, disparó. Y fundamentó su postura diciendo que no es ninguna novedad que la mayor parte de las empresas de seguridad pertenecen a ex comisarios.
Sebastián Ganzburg
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