08/06/2010 - En General

Franceses con escasas estrellas

A escasos días de que comience la Copa Mundial de la FIFA 2010, es difícil tener una opinión contrastada sobre la selección francesa. A diferencia de la mayoría de los grandes nombres del fútbol mundial, los Bleus abordan la competición escasos de referencias.

Mientras Dunga, Vicente Del Bosque, Marcello Lippi o Fabio Capello presentan prácticamente los mismos equipos desde hace al menos dos años, Raymond Domenech ha organizado una auténtica revolución en las últimas semanas.

Como ya es seguro que dejará su puesto dentro de aproximadamente un mes, el técnico galo no se anda con remilgos. ¿Le irán a Francia las cosas tan bien como en Alemania 2006, o languidecerá como en la Eurocopa 2008? Ésa es la cuestión…

Nuevo sistema, nuevas asociaciones
En plena competición preliminar europea de Sudáfrica 2010, al tiempo que los Bleus sufrían de lo lindo para intentar imponer su supuesta superioridad dentro del Grupo 7, los detractores de Domenech criticaban su tendencia a no cambiar nunca el esquema de juego. No importaba el rival o las circunstancias: desde la Copa Mundial de la FIFA 2006, sus hombres siempre adoptaban el sistema 4-2-3-1.

Pero parece que en los tres últimos partidos han intentado convencer con un inédito 4-3-3. Una elección en la que sin duda ha tenido que ver la ausencia de Lassana Diarra, el mediocentro defensivo titular desde hace dos años. Recordemos que en 2006, los Tricolores pasaron del clásico 4-4-2 al 4-2-3-1 tras la grave lesión de Djibril Cissé en el amistoso de preparación contra China. ¿Será una señal del destino?

En cualquier caso, esta nueva disposición implica nuevas asociaciones, especialmente en los flancos. A la izquierda, Patrice Evra se había acostumbrado a combinar con Thierry Henry. Pero ahora deberá entenderse con Florent Malouda y Franck Ribéry. Lo mismo le sucede a Bacary Sagna con Yoann Gourcuff por la derecha. Esta táctica también presenta una incógnita en el puesto de extremo derecho. Sidney Govou parte, a priori, con cierta ventaja, aunque Mathieu Valbuena y Nicolas Anelka tienen muchas posibilidades.

Nuevo capitán
En Francia hay una ley que prohíbe poner en tela de juicio los monumentos históricos.  Sin embargo, Domenech no parece dispuesto a aplicarla con sus pupilos. Así, Henry, que había heredado el brazalete de Patrick Vieira desde que el mediocampista empezó a arrastrar problemas físicos, ha tenido que cedérselo a Patrice Evra a petición del seleccionador. En abril, Domenech se desplazó a Barcelona para informar al blaugrana que iba a ser suplente en Sudáfrica y que, por lo tanto, debía traspasar la capitanía. Una situación que el campeón del mundo en 1998 y de Europa en 2000 dijo entender. "Sí, el entrenador vino a verme a Barcelona. Me dijo que no sería titular en la Copa Mundial, algo que yo acepté. Es normal, en el Barcelona he terminado la temporada sin apenas jugar".

Evra, al que la noticia ha convertido en el centro de todas las miradas, cosecha ahora los frutos de seis años de dedicación incondicional al combinado galo. Alegre en la vida cotidiana, incuestionable y luchador sobre el terreno de juego, el defensa del Manchester United presenta el perfil ideal para convertirse en un gran líder.

¿Nueva mentalidad?
La catastrófica actuación de los Bleus en la Eurocopa 2008 hizo correr ríos de tinta. Criticados por su individualismo, algunos de sus integrantes han sufrido posteriormente las consecuencias. "Había que elegir y los criterios no son forzosamente los más evidentes", declaró Domenech al hacer pública la lista previa de 30 jugadores. El seleccionador dio a entender con sus palabras que sus decisiones no habían sido puramente deportivas.

Desde que comenzó la concentración en Tignes, el pasado 18 de mayo,  parece que la convivencia es buena y que el grupo está sacando provecho de la preparación. A excepción del amistoso contra Túnez, la armonía se refleja también sobre el terreno de juego, donde se aprecia un mayor grado de solidaridad. "Vivimos juntos, morimos juntos", fue el lema de Francia en 2006. Seguro que la semana pasada, esta frase salió a colación en más de una conversación entre los miembros del equipo.  

Fuente FIFA