Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 celebraron el sábado poder observar una reanudación económica "más rápida que prevista", a la vez que subsistían las divisiones sobre la creación de un impuesto bancario mundial.
"La economía mundial continúa creciendo más rápido que lo previsto, pero a un ritmo desigual según los países y las regiones. Sin embargo, la reciente volatilidad de los mercados financieros nos recuerda que los desafíos significativos perduran, lo que subraya la importancia de la cooperación internacional", subrayó el G20 en un comunicado publicado tras una reunión de dos días en Busán, Corea del Sur.
La reunión, destinada a evaluar el estado de la economía mundial, tenía también como objetivo encontrar un difícil acuerdo sobre las reformas del sistema financiero y sobre el delicado equilibrio entre las políticas de reactivación y los equilibrios presupuestarios.
Las crisis presupuestarias que atraviesan varios países y la volatilidad de las bolsas subrayan "la necesidad para nuestros países de poner en marcha medidas creíbles, favorables al crecimiento, para lograr llegar a finanzas públicas viables", estimaron los responsables del G20.
Pero lejos de imponer remedios únicos, el G20 estima que estas medidas deben ser "diferenciadas y adaptadas a las circunstancias nacionales" de cada país.
"Los países que atraviesan serias dificultades presupuestarias deben acelerar el ritmo de consolidación. En función de sus capacidades, los países incrementarán sus fuentes de crecimiento interior, a la vez que preservarán la estabilidad macroeconómica", concluye el G20.
"El impacto sobre el crecimiento no tendrá que ser considerado como negativo, porque la reducción presupuestaria ayudará a consolidar la reanudación", comentó Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco Central Europeo (BCE).
Sobre la reforma del sistema financiero, el G20 se comprometió "a llegar rápidamente a un acuerdo para reforzar las exigencias en materia de capital y de liquidez" de las instituciones financieras.
Confirmó su voluntad de que sea definido antes del próximo mes de noviembre un nuevo marco reglamentario para el sector bancario y que sea aplicado antes de 2012.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 no se pronunciaron sin embargo sobre la posibilidad de introducir un impuesto mundial a los bancos, cuyo producto serviría para financiar futuros planes de rescate en caso de crisis financiera. Este proyecto es defendido por Estados Unidos, pero rechazado por países como Brasil, Canadá, India y Australia.
El debate sobre el impuesto bancario "nos ha distraído de los problemas de fondo", criticó el ministro canadiense de Economía, Jim Flaherty, según el cual la mayoría de los países del G20 "no apoya el concepto de una tasa universal".
El G20 se limitó el sábado en desear "que el sector financiero aporte una contribución justa y significativa para pagar toda carga asociada a las intervenciones gubernamentales, donde tengan lugar, para reparar el sistema bancario".
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