Sebastián Piñera, y el argentino, técnico de la selección trasandina, protagonizaron una incómoda despedida en el centro de entrenamiento del plantel en Santiago, donde llegó el mandatario. Todo fue normal hasta que estuvo frente a Bielsa, que fuera de protocolo optó por abandonar la ceremonia luego de saludar al presidente.
El hecho sucedió frente al viceministro de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, y el presidente del fútbol, Harold Mayne Nicholls, quien criticó antes a Piñera por querer usar políticamente a la selección.
Piñera no comentó el hecho y en su alocución sólo lamentó que no podrá asistir a un Mundial por primera vez en 20 años. "Por obligaciones que tuve que asumir, no estaré en Sudáfrica", afirmó en declaraciones que reprodujo la agencia dpa.
De todos modos, el presidente de Chile pidió a los jugadores traer alegrías al país, azotado en febrero último por un terremoto y un tsunami. También dijo ser portador del cariño de sus connacionales.
"Traigo el aprecio y la admiración de todo el pueblo. Estoy seguro que cuando entren a la cancha habrá más de 17 millones de compatriotas pendientes de ustedes. Son nuestra esperanza", expresó. La despedida de Piñera al seleccionado estuvo siempre marcada por la polémica y la distancia de Bielsa con el mandatario, a diferencia del trato que el técnico mantenía con la ex presidenta Michelle Bachelet.
El malestar de algunos dirigentes del fútbol con Piñera es de larga data, incluso de antes que este empresario de derecha fuera electo, en enero de este año.
La primera señal del conflicto emergió en enero justamente, cuando Piñera, recién elegido, dijo que quería actuar como Bielsa y llamar a los mejores a su equipo de gobierno.
La respuesta fue inmediata desde el presidente del fútbol local, el funcionario de FIFA Harold Mayne-Nicholls.
"(Citar a Bielsa) es mal uso, porque nadie debería apropiarse de la selección. La selección es de toda la gente y la política tiene orientaciones distintas", dijo el dirigente.
Luego Mayne Nicholls cuestionó el proceder de Piñera contra la ex presidenta Bachelet, quien labró una estrecha relación con el fútbol, después de ordenar construir una veintena de estadios.
"Acá vino Sebastián Piñera a hacer una exposición y empezó a hablar mal de la presidenta (Bachelet) y yo paré la reunión y se acabó, porque una cosa es hablar de buenos proyectos y otra hablar mal de la gente. No le debe haber gustado, pero da lo mismo", dijo Mayne Nicholls, segùn reportó dpa.
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