Los recortes han llegado a Madrid más tarde de lo que muchos podían prever, teniendo en cuenta la cuantía de su deuda, que desde hace años supera los 6.700 millones de euros, según el Banco de España. Pero no ha sido hasta ahora que el Ayuntamiento ha decidido meter la tijera en algunos servicios y aparcar la ejecución de determinadas obras, algunas anunciadas a bombo y platillo, con el coste que eso lleva aparejado.
En realidad, es la segunda vez que se anuncian recortes en este municipio.
Hace algo menos de dos años ya se decretó la paralización de una decena de proyectos en la ciudad, sobre todo en barrios periféricos, manteniendo otros.
El Ayuntamiento negocia con la empresa de recolección de residuos ahorrar 26,5 millones. Las posibilidades que baraja la concejal de Medio Ambiente, Ana Botella, es eliminar un día a la semana –se habla del domingo– o bien, que el servicio se desarrolle durante el día, lo que permitiría eliminar el plus de nocturnidad. La primera opción es la que tiene más probabilidades de ser aprobada, ya que la segunda supondría un serio problema para el funcionamiento de la ciudad que ya de por sí tiene un caótico tráfico que se emperorarái con los camionescirculando de día. Los vecinos pieden que se reduzcan la tasa tributaria en la mism proporción que se reducirá el servicio.
De esos 1.041 millones queMadrid debe ahorrar, 600 es en el capítulo de obras. Por lo pronto, el Centro Internacional de Convenciones, cuyas obras ya habían comenzado, dormirá un largo sueño a la espera de tiempos mejores. Este edificio, con una inversión de 327 millones, iba a levantarse a los pies de las cuatro grandes torres de la Castellana, cuya imagen fue vendida en su día como el nuevo emblema del Madrid del siglo XXI. Las torres, orgullosas, proseguirán su actividad, eso sí, con una gran explanada estéril vallada a sus pies.
Otro gran icono que se queda en la cuneta es la remodelación del mítico estadio Vallehermoso, que hasta no hace mucho albergaba la única pista de atletismo homologada de Madrid. La operación tiene un presupuesto de 98,6 millones. Todas sus instalaciones han quedado reducidas a un foso (las obras de demolición tuvieron un coste de 2,6 millones de euros), del que supuestamente emergería un nuevo estadio, vinculado a la candidatura de las olimpiadas del 2016. Pero, ni Madrid 2016, ni ahora nuevo estadio. El foso quedará ahí y en las arcas municipales los casi cien millones que se iban a invertir en su modernización.
Los servicios sociales también sufrirán recortes, excepto los que hacen referencia a la atención de mayores, como son los centros de día o la teleasistencia, o el Samur social, que está financiado por el Gobierno central. Sí habrá menos dinero para las entidades que prestan servicios a mujeres maltratadas o discapacitados, así como para las becas de comedor y los servicios de información que cerrarán a las 17 horas, lo que permitirá reducir el plus de productividad que se pagaba al personal por prolongar su jornada. También se reducirán en lo posible las intervenciones de la banda de música de la PolicíaMunicipal, o las exhibiciones de los agentes a caballo y de la patrulla canina, ya que estas se pagaban como horas extras (2.000 horas).
A esto, se suma un paquete de medidas para la optimización energética en los edificios municipales, aprobado ayer, y que pretende ahorrar 10 millones de euros anuales. Entre ellas, destaca el recorte del horario diario de encendido y apagado de las fuentes ornamentales de la ciudad. Así, se retrasa una hora de media su puesta en funcionamiento y se adelanta dos horas su parada.
Fuente La Vanguardia
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