Especialistas argentinos y del exterior alertan sobre las multimillonarias pérdidas económicas que produce el tabaquismo en la economía global. Los gastos en salud y el ausentismo laboral son algunas de las causas principales. Agencia Cyta-Instituto Leloir
Por Bruno Geller
Además de provocar muerte –cinco millones de vidas por año según la Organización Mundial de la Salud (OMS)-y enfermedades, el consumo de tabaco genera pérdidas multimillonarias en la economía global. Un comunicado de prensa de la Federación Mundial de Cardiología señaló que, de acuerdo con estimaciones, las muertes, las pérdidas de productividad, los gastos en salud y el ausentismo laboral, entre otros factores asociados al tabaco le costarían a la economía global una suma aproximada de quinientos mil millones de dólares cada año.
En referencia a dicha cifra, la doctora Hana Ross, directora estratégica de Investigaciones sobre el Control Internacional del Tabaco de la Sociedad Americana del Cáncer (Estados Unidos), afirmó a la Agencia CyTA que “teniendo en cuenta que la mayoría de las investigaciones científicas arrojan cifras conservadoras de los costos del tabaco, considero que la cifra podría ser incluso superior a la de quinientos mil millones de dólares por año”. Y agregó que “hay muchos estudios que analizan los efectos del tabaco en la economía de cada país, pero no hay estudios a nivel global.”
Por ejemplo, “el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades-dependiente del Gobierno de los Estados Unidos-estima que los gastos en salud relacionados con el consumo de tabaco son de por lo menos 96 mil millones de dólares por año”, destacó Ross.
De acuerdo con un trabajo realizado por el Ministerio de Salud de la Nación, la sociedad Argentina gastó en el 2006 casi siete mil millones (en rigor, $ 6.917.318.105) de pesos en atender enfermedades causadas por el consumo de tabaco, cifra muy superior al conjunto de impuestos percibidos por el Ministerio de Economía de la Nación que en el año 2006 fue de cuatro mil doscientos millones de pesos. Los impuestos considerados en dicho informe son los aplicados a la fabricación y venta de cigarrillos y otros productos de tabaco.
“La producción y venta de cigarrillos es un negocio que arroja enormes pérdidas en enfermedad, muertes y en la economía de nuestro país”, afirmó a la Agencia CyTA el licenciado Mario Virgolini, coordinador del Programa Nacional de Control del Tabaco del Ministerio de Salud. Y agregó: “El consumo de tabaco genera enormes pérdidas económicas, principalmente por el costo de atención de las enfermedades que produce, pero además por pérdidas de productividad. De este modo miles de hogares pierden el sostén económico. Cabe también mencionar los costos por incendios y los costos de mantenimiento de lugares de trabajo donde se fuma, entre otros factores.”
En la Argentina mueren 40 mil personas por año por causa del tabaquismo y unas 6 mil por tabaquismo pasivo. “Estas cifras superan ampliamente la de muchos problemas a veces más conocidos como el SIDA, la violencia o los accidentes, que sumados no alcanzan estos valores de mortalidad”, afirmó Virgolini.
El tabaquismo es una problemática mundial. “En la India, el 40 por ciento de las enfermedades se deben al consumo del tabaco, y el gasto en tratamiento, prevención y control es de 9 mil millones de dólares al año”, afirmó a la Agencia CyTA el profesor K. Srinath Reddy, presidente de la Fundación de Salud Pública de la India a quien le fue otorgado el premio del director general de la OMS por su liderazgo mundial en el control del tabaco en 2003.
Tabaquismo y economía
Según Ross el costo asociado al tabaco es mucho mayor al beneficio o a la contribución que la industria del tabaco aporta a la economía. “Imaginemos un país donde en forma repentina todos los fumadores dejan de fumar. En ese caso la industria tabacalera desaparecería. ¿Qué sucedería en ese caso? El dinero que se gasta en tabaco se destinaría a otros bienes y servicios que no producen daño. No habría pérdida de empleos ya que serían creadas nuevas oportunidades laborales a raíz de esa disponibilidad del dinero”, afirma la experta.
Ross también mencionó otros problemas que se relacionan directa o indirectamente con asuntos económicos. “Si una persona está enferma, no puede ir al trabajo. Y además de la tragedia de la muerte, las muertes provocadas por tabaquismo le privan a la sociedad de la capacidad productiva de las personas”, aseguró. Y recordó “que la industria tabacalera promueve el cultivo de tabaco en África, donde las personas se beneficiarían más cultivando alimentos para prevenir el hambre.”
Para el profesor Srinath Reddy, quien hasta hace poco fue jefe del Departamento de Cardiología del Instituto de Ciencias Médicas de India, “el reconocimiento de los costos del tabaco ha tratado de ser opacado por las tácticas y las prácticas no éticas de los lobbies de la industria tabacalera que argumentan que su actividad genera empleo e ingresos. No obstante, la contribución de la industria del tabaco a la enfermedad y a la muerte y por lo tanto a las pérdidas económicas es mucho mayor, especialmente en los países en desarrollo.”
Tratado mundial de salud
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), impulsado por la OMS, es un convenio que recoge medidas dirigidas a controlar la epidemia de tabaquismo. “Cerca del 85 por ciento de la mundial se encuentra protegida por el CMCT. En total 168 países ratificaron ese tratado, incluyendo a los principales países que más hojas de tabaco producen a nivel mundial (China, India, Turquía y Brasil, entre otros). La Argentina es el único país de Sudamérica y uno de los pocos países del mundo que aún no ha ratificado este convenio mundial”, señaló a la Agencia CyTA, la doctora Verónica Schoj, coordinadora de la Alianza Libre de Humo de Tabaco – Argentina (ALIAR) que reúne a más de 95 organizaciones como la Fundación Interamericana del Corazón, a la Fundación Cardiológica Argentina y el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, entre otras.
Según explicó Schoj las cinco medidas principales de dicho convenio son la creación de ambientes 100 por ciento libres de humo para todos los lugares públicos y de trabajo, la eliminación casi completa de toda forma de publicidad de productos de tabaco “que influye en la iniciación del tabaquismo en los chicos. El aumento de precios de los cigarrillos para desalentar su consumo. La presencia de advertencias en los paquetes de cigarrillos con fotos sobre los efectos perjudiciales del tabaco y por último la implementación de medidas que promuevan y garanticen el acceso de las personas adictas al tabaco a los tratamientos para dejar de fumar.”
Para la coordinadora de ALIAR es importante destacar que el tratado de la OMS tiene como propósito reducir el consumo de tabaco, “pero no restringir ni regular la producción de hoja de tabaco. En forma equivocada, muchos productores de tabaco y legisladores se oponen a la ratificación del CMCT argumentando que su aprobación implicaría la eliminación del Fondo Especial de Tabaco (FET) que es un subsidio otorgado a los productores de tabaco que proviene de un porcentaje de la recaudación impositiva que realiza el Estado en base a la venta de cigarrillos. Esto no es cierto dado que el CMCT no establece medidas que juegan en contra de los subsidios destinados a la producción de tabaco. Además, en Brasil y otros países productores se ratificó el CMCT y no hubo perjuicio alguno para el sector productor tabacalero, dado que la demanda de hoja de tabaco aun se encuentra en aumento a nivel mundial debido al crecimiento demográfico.”
De acuerdo con Schoj, “sí hay una propuesta del CMCT que se dirige a proteger a los pequeños productores de tabaco. Si en cincuenta años se redujera la demanda de hoja de tabaco como resultado de las efectivas políticas de reducción de consumo de tabaco, los pequeños cultivadores de la hoja estarían mejor preparados para esa coyuntura si comenzaran a implementar otras alternativas económicamente viables. En este sentido el CMCT propone la búsqueda de alternativas sustentables para los pequeños productores”. Y agregó: “Múltiples experiencias exitosas en diferentes lugares del mundo muestran que el pasaje del cultivo del tabaco al policultivo de alimentos saludables es totalmente factible y que además contribuye a mejorar las condiciones de extrema pobreza y riesgo sanitario en las que se encuentran los pequeños cultivadores de tabaco en todo el mundo.”
Para un control efectivo del tabaquismo en los países, el profesor Reddy de la India opinó que “además de la adopción del convenio propuesto por la OMS y de leyes locales, las campañas de control de tabaco deberían prestar importancia a la educación pública (sobre los daños que el tabaco causa en la salud) y apoyar los esfuerzos para una efectiva implementación y regulación de las medidas a través de la coalición de participantes que incluyan a agencias gubernamentales y organizaciones académicas y civiles, entre otros.”
Por su parte, la doctora Ross consideró que “en el corto plazo, sería un gran logro frenar el crecimiento global del consumo de tabaco.”
Más allá de la cuestión de los cultivadores, “que exportan más del 80 por ciento de su producción en un mercado mundial que todavía por algunos años se seguirá expandiendo al impulso del crecimiento de la población y la demanda de los mercados asiáticos, la venta de cigarrillos en el mercado interno es un pésimo negocio para nuestro país”, señaló Virgolini. Y concluyó: “Por eso urge que la Argentina se ponga en sintonía con los 168 países del mundo que son parte del Convenio Marco y han asumido esta responsabilidad, y ratifique en forma urgente este tratado internacional.”
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