Si, el recibimiento en San Miguel de Tucumán fue la sorpresa de la columna del NOA. A diferencia de Salta, donde los hermanos fueron presionados por los funcionarios y la policía para no entrar a la plaza central de la ciudad, en el “Jardín de la República” –que así llaman a esa provincia- las autoridades no solo recibieron formalmente a los referentes de los pueblos originarios en casa de gobierno sino que, además, los invitaron a salir al balcón para saludar a los miles de integrantes de la marcha que se encontraban en Plaza Independencia y que explotaron de entusiasmo. Escribe Raúl Noro
Lo del balcón no fue un dato menor. En la argentina, todavía, el indígena es de una categoría inferior, un exiliado interno o, para las asociaciones que se ocupan del tema, un objeto de estudio y también según las circunstancias, un ser desvalido digno de compasión y ayuda.
Después de la falsa opción “Civilización o Barbarie” de Sarmiento,
después de las expediciones punitivas de Roca y el comandante Fontana
en el Chaco que permitieron la explotación de la Patagonia, la acción
de la forestal y de los ingenios azucareros en el noreste y el norte
del país, el “miedo al malón” fue neutralizado y resignificado por la
acción del malón inverso y engañoso de las ONG. Y todo esto, mezclado,
se instaló en el subconciente colectivo del país.
Entonces como se pudo ver claramente en el episodio de Salta, el
indígena quedó exento de derechos, situación que no pudo resolver la
reforma constitucional de 1994 porque la discriminación (y sus
consecuencias como la exclusión y pobreza) no está en la letra de la
ley sino agazapada en las “tripas” de quien la aplica. Por lo tanto,
desde una perspectiva simbólica, institucional y del hecho mismo, el
saludo de los referentes indígenas y de Milagro Sala desde el balcón de
la casa de gobierno de Tucumán es un gesto digno de destacar y un
síntoma de que las cosas están cambiando a partir de esta marcha.
Tres cositas más:
Primero, los integrantes de la columna se movilizaron con sus whipalas,
pancartas y banderas de la marcha hasta el poder judicial de Tucumán
para exigir justicia por el asesinato del dirigente diaguita Javier
Chocobar, muerto por los usurpadores en una disputa por la restitución
de tierras en el departamento de Trancas.
Segundo, en su paso por Tucumán, la columna recibió el aporte de
Diaguitas y de comunidades de Catamarca que se integraron a la marcha y
que denunciaron la grave contaminación a la Pachamama provocada por las
minas a cielo abierto.
Tercero: algunos mal pensados dijeron que la invitación a la casa de
gobierno y al balcón, fue un “aprovechamiento político” de los
gobernantes respecto de la marcha, pero lo cierto es que se trató de un
hecho significativo que los hermanos agradecieron a la ministra de
educación Silvia Rojkés y al secretario de DDHH de la provincia, Posse.
Sabado 15 de Mayo
Llegada y pernocte en Santiago del Estero
Santiago del Estero fue, para la caravana de los hermanos de los
pueblos originarios, algo curioso. No porque haya sucedido nada fuera
de lo común, sino porque comenzaron a llegar, de pronto, adhesiones e
incorporaciones inesperadas a la marcha. Por ejemplo, un grupo de
hermanos indígenas de Catamarca, de los Valles Calchaquíes, alquiló un
ómnibus en su provincia y apareció en Parque Aguirre donde pernoctaba
la caravana. Un fotógrafo de Tucumán hizo lo mismo afirmando: “•Esto es
histórico… por favor, ¿ me llevan con ustedes...? ”
Llegó también un grupo de compañeros de otras comunidades del norte,
los que, al igual que los dueños de casa, los Lules Vilelas, celebraron
alborozados el encuentro con la columna NOA en un acto que se celebró
La Banda, al pié del monumento a Juan Domingo Perón.
El acto fue monumental al igual que otro acto posterior que se montó al
otro lado del Rio Dulce, en la propia jurisdicción de la ciudad de
Santiago, “madre de ciudades” (fundada en 1553) y fue la primera
población en el territorio argentino. Hubieron ceremonias, hablaron los
referentes indígenas, se cantaron coplas y canciones folklóricas y un
conjunto de danzas hizo honor a la chacarera, el tema musical por
excelencia de esa región ante la alegría de todos.
En cuanto a la fundación, una añeja leyenda cuenta que los españoles
del conquistador Francisco de Aguirre lograron levantar la ciudad luego
de denodados esfuerzos por la tenaz resistencia de los Lules, de la
etnia diaguita-calchaquí. Resulta que los Lules disputaban el
territorio donde se encuentra la ciudad actualmente con la tribu de los
Juríes. Los colonizadores, en su afán de lograr el asentamiento,
hicieron un pacto de protección con éstos últimos (que obviamente no
cumplieron porque esclavizaron ambas etnias) y así lograron finalmente
asentarse.
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