Tucumán en las últimas décadas se caracterizó por las discusiones con rótulos de candidaturas, el bien común, salvar a la sociedad, repartir la riqueza, trabajar en pos de los que menos tienen, sacar al gremio adelante, mejorar el municipio, sanear el club, buscar la excelencia en las prestaciones y muchas etiquetas a discursos y acciones en busca de un cargo electivo. Así nos va y nos seguirá yendo con los elegidos para que manejen nuestros destinos sociales, comunitarios, educativos, culturales, laborales, deportivos. Son unos auténticos decadentes.
Estoy seguro que ninguno de los elegidos, en cualquier estamento, luego de sus discursos preelectorales haya cumplido al cien por ciento lo prometido.
Pero si recuerdo que muchos de aquellos iluminados que van en pos del bien común mejoraron sustancialmente sus patrimonios individuales. Por supuesto sin olvidarse de familiares, amigos y favorecedores que también pasaron a “otra”clase social en cuanto al manejo de sus ingresos. Infinidad de parientes de los elegidos antes eran empleados ahora son jefes, asesores, directores o pujantes empresarios-
Ya no se los ve por “humildes valles y balnearios provinciales”, sino pasear en su hermosos e importantes vehículos por la las playas más top de Latinoamérica. Otros prefieren la cultura del Viejo Continente y se acercan casi cotidianamente a filmarse y sacarse fotos en los grandes museos europeos, los cuales conocieron antes que nuestro Iramain.
Por supuesto que no vamos a olvidarnos de los hijos que de escuelas públicas “consiguieron becas” en colegios privados bilingües y con jornada completa. Otros de jugar un bulbito o un truqito con los amigos ahora se entrenan con personal trainner en el gimnasio que armaron en el fondo de la casa con ventanas que dan al cerro San Javier.
También conozco esposas que de la peluquería “de la Rosita”, en el barrio , pasaron a ponerse “lindas” en salones exclusivos. Ahora cuando tienen un casamiento ya no piden la pilcha prestada a la prima, hermana o vecina sino que viajan a la Capital Federal para que algunos de esos diseñadores que siempre aparecen en la tele le digan , les confeccione y les cobren el atuendo para asistir al casorio. El paso previo a eso fue una lipoaspiración obviamente.
Muchos de esos personajes se pasean cerca nuestro con aires de estar siempre ocupado ya sea hablando con funcionarios, jueces, académicos, asesores, docentes , empresarios, periodistas o futbolistas y cualquier interesado en su noble accionar en busca de la transparencia. Otros aparecen en distintos programas de la tele , firman solicitadas cuando los encuentran en algo “extraño”, (como gastar plata ajena) o denuncia los hechos cuando se van no cuando están adentro , señalando después supuestos hechos de corrupción , que curiosamente no vieron cuando eran parte de esa gestión.
Hay muchísimos ejemplos de estos tucumanos y tucumanas que viven en un frasco creyéndose impolutos. Conviven con nosotros, se enriquecen con la nuestra y gastan para ellos, de vez en cuando , tiran una soguita que parece hilo de coser y si les reclaman , lo denuncian o le hacen ver su oscuro accionar dicen que le tendieron una cama. Claro que con sábanas de seda y en cama de oro.
En Tucumán siempre están vigentes los Auténtico Decadentes: “ El dinero no es todo pero como ayuda”. Si aún no de dio cuenta mire al costado, mejor dicho arriba.
La verdad, querido comprovinciano, que la "Justicia Social" de estos personajes me agobia.
Daniel A. Villalba
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