El presidente de Chile, Sebastián Piñera, aseguró ayer que la etapa de emergencia provocada por el terremoto y tsunami del 27 de febrero está superada, y que hoy lo que se necesita es "un sentido de urgencia y no dormirse en los laureles".
Al cumplirse dos meses del sismo de 8,8 grados Richter que sacudió a Chile y devastó a las regiones industriales y agrícolas del Bío Bío y O'Higgins, el mandatario destacó que "el plan de reconstrucción ya está en marcha", por lo que "no hay espacio para hacer las cosas mal".
"Necesitamos un sentido de urgencia y no
dormirse en los
laureles, necesitamos participación ciudadana porque esta no es
sólo una tarea del gobierno, es una tarea que compromete a todos
los chilenos. Necesitamos eficiencia y aquí no hay espacio para
hacer las cosas mal", enfatizó Piñera.
Recordó que los daños
ocasionados por el terremoto tienen un
costo cercano a 30.000 millones de dólares, es decir, 17 por
ciento del producto interno bruto (PIB).
Confirmó asimismo que
las 40.000 viviendas de emergencia
prometidas estarán completadas el 11 de junio, en medio de
críticas de los alcaldes, que esperan que el plazo se acorte a
mediados de mayo.
Piñera detalló que se entregaron 23.486 casas
de emergencia,
lo que constituye 60 por ciento de las requeridas, y confirmó
que 100.000 familias fueron reubicadas en albergues o casas de
familiares.
En materia de salud, indicó que ya fueron entregadas
1.400.000 dosis de vacunas contra la gripe A en las zonas
afectadas y 11 mil niños fueron vacunados contra la hepatitis.
En educación, reiteró que ciento por ciento de los niños reanudaron las clases e informó que la reparación de los colegios municipales alcanza a 29 millones de dólares, mientras que la de los subvencionados supera 3,9 millones de dólares.
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