Se fue Atlético Tucumán de la división de privilegio del fútbol de Argentina. Ascendió con claridad y superioridad, bajó por inferioridad y un tránsito casi permanente en la oscuridad. Miles de tucumanos envueltos en banderas celestes y blancas, con camisetas y gorras de los decanos recorrieron buena parte del país alentado a aquellos que no pudieron devolver tanto amor. Llantos, gritos de desahogos, impotencia e insultos inundaron ayer el Monumental de 25 de Mayo y Chile.
“Ahora como le explico a el que Boca, River , Racing o Independiente no regresarán a esta cancha por mucho tiempo”, decía un hincha mientras señalaba a su pequeño hijo que parado a su lado gritaba y cantaba “Dale deeeca, dale deca, dale dale dale deca”.
Y si, la ilusión se desvaneció en poco tiempo. Miles de hinchas desplegaron los trapos decanos en las canchas de la elite futbolística del país. Gritaron algunos goles se ilusionaron con algunos triunfos, conocieron el nombre y la cara de todos aquellos jugadores que pisaron el césped del remozado Monumental, desde aquel 30 de Agosto de 2009, cuando de local perdió 4 a 2 con Independiente.
Fueron 206 días de convivencia con los grandes , esos que estaban en el mismo fixture , tabla de posiciones y en la televisión todas las semanas al igual que el Atlético de Tucumán como dicen los periodistas “porteños”
Ese Atlético que enflaqueció , aún más, muchos bolsillos de esos tucumanos que no tuvieron miramientos en subirse a un préstamo o gastar los ahorros para seguir al “Deca de mi Vida”. Se treparon a los diarios , radios y canales de televisión cuando el decano consiguió un 2 a 0 frente a Huracán allá en Parque Patricios, 19 días antes del inicio de la primavera. Lloraron , emborracharon, festejaron hasta la madrugada, faltaron al laburo, compraron todos los diarios , miraron todos los programas , grabaron los goles de aquel 13 de Setiembre del 2009 cuando le ganaron a Boca Junior por 2 a 0. Respiraron aliviados 10 días de la Navidad, luego del triunfo, por 1 a 0, ante Gimnasia y Esgrima de La Plata .
Fueron 205 días vividos intensamente, con ansiedad antes de cada partido, renovando la ilusión después de derrota, triunfo o empate, total para un deca todo sirve para seguir alentando a quién nunca dejará de amar, juegue donde juegue y en cualquier división. Y ayer en el 206 , gritos y llantos de impotencia terminó con un sueño.
No importa , huba muchas penas y pocas glorias, muchos llantos y pocas risas, muchas y broncas y pocas alegrías. Vio , casi como el amor.
Daniel A. Villalba
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