El canciller argentino le solicitó ayer a su par del país asiático en Buenos Aires, Gang Zeng, que "se suspenda la aplicación de esta medida y que no se ponga en vigencia", informaron fuentes oficiales.
El embajador chino fue citado por Taiana para transmitirle su "gran preocupación” por la medida que impacta en el principal producto de exportación argentino hacia ese país.
El canciller Jorge Taiana solicitó este lunes al embajador chino en
Buenos Aires, Gang Zeng, que su país suspenda y evite poner en vigencia
la aplicación de medidas tendientes a restringir el ingreso de aceite de
soja provenientes de la Argentina.
Fuentes oficiales informaron
que Taiana pidió al embajador que "se suspenda la aplicación de esta
medida y que no se ponga en vigencia".
El embajador chino fue
citado por Taiana para transmitirle la "gran preocupación” que existe
con la medida -calificada por la nación asiática de carácter
fitosanitaria`- debido a que impacta en el principal producto de
exportación argentino hacia ese país.
Según las fuentes, el
embajador chino "tomó nota de la preocupación argentina y se comprometió
a transmitirla" al gobierno de su país. Gang Zeng también le manifestó
al canciller Taiana que China "está dispuesta a mantener un estrecho
contacto que permita realizar consultas para la búsqueda de una solución
a este problema".
La reunión de Taiana y el embajador chino
comenzó después de las 18 y se extendió hasta alrededor de las 19,30, en
la sede de la Cancillería. De esta forma, Taiana reclamó a la nación
asiática la suspensión de las restricciones a las importaciones de
aceite de soja argentino, que puede representar una pérdida para el país
de alrededor de 1.600 millones de dólares.
Durante la jornada,
cámaras empresarias de diversos sectores, entre pymes y sectores de gran
desarrollo, se pronunciaron a favor de las medidas dispuestas por el
GobierNo argentino para preservar a la industria nacional ante la
posible avalancha de productos provenientes del país asiático.
La
posición del sector privado responde a la versión no confirmada
oficialmente por las autoridades chinas de que las restricciones fijadas
para la soja argentina se deberían a una represalia de Beijing a las
normas dispuestas por el Gobierno en defensa de la producción nacional,
en medio de la crisis internacional desatada el año pasado.
El
sábado, la ministra de Industria y Turismo, Débora Giorgi, reiteró que
Argentina, a través de su política comercial externa, defiende a la
producción nacional de la competencia desleal, y subrayó que nuestro
país no prohibió importaciones provenientes de ningún país, incluyendo
China.
Giorgi agregó que a pesar de la crisis internacional y la
caída del comercio mundial, el déficit de Argentina con ese país
asiático creció.
"Nuestras medidas buscan evitar la competencia
desleal, que creció como consecuencia de la crisis internacional y el
sobre-stock de productos el año pasado, pero no prohibimos las
importaciones chinas, que siguen ingresando a nuestro país en forma de
sana competencia”, dijo Giorgi a través de un comunicado de prensa.
Durante
las últimas jornadas, especialistas en comercio internacional
coincidieron en que la disposición adoptada por China para trabar la
importación de aceite de soja argentino crudo "no se atiene a las normas
fitosanitarias dispuestas por la Organización Mundial de Comercio
(OMC)”.
China deslizó la semana pasada que podría modificar las
regulaciones técnicas para el ingreso de aceite de soja a su país.
La
disposición de las autoridades sanitarias chinas establecerían un
límite máximo de 100 partes por millón de residuos de hexano -solvente
usado en la extracción de los aceites de semillas oleaginosas- en los
embarques de aceite de soja crudo.
Esta situación puede generar
al país una pérdida de más de 1.600 millones de dólares en la balanza
comercial y otros 620 millones de dólares menos en ingresos fiscales por
retenciones, según estimaciones privadas en base a datos oficiales.
En
el Gobierno argentino sostienen que la restricción -de entrar en
vigencia finalmente- no podrá perdurar mucho tiempo, ya que más del 50
por ciento de las importaciones de aceite de soja de China provienen de
nuestro país y reemplazar ese volumen de insumos no resultará fácil.
A
pesar de las señales de alarma generadas ante la difusión de la medida,
los empresarios argentinos confían en una pronta solución.
"Yo
creo que siempre se espera encontrar una solución; si no, no se iría a
negociar o a plantear", manifestó el vicepresidente de la Asociación de
la Cadena de la Soja Argentina, Miguel Calvo, en declaraciones radiales.
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