Diario Uno, iniciativa de un grupo de periodistas y académicos, saldrá a la venta este domingo con un innovador modelo de negocios y con la promesa de darle voz a quienes no se sienten representados ni con el modelo económico ni con la restringida industria de medios del país.
Por Daniela Estrada, para IPS.
El periódico "pretende ser genuinamente una representación de aquel sector de la
ciudadanía que ha estado en silencio durante estos últimos 30 años, con la
complicidad de la Concertación (que gobernó Chile de 1990 a este año) y los
medios de comunicación de la derecha", explicó a IPS el director de Diario Uno,
Marcel Claude.
Claude es un economista y activista, crítico del modelo
de desarrollo capitalista, que en 2006 ganó un litigio contra el Estado chileno
en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por acceso a la información
pública.
"No queremos representar a ningún grupo político, a ningún
grupo ideológico, a ningún grupo religioso. Somos ciudadanos, académicos,
profesionales de la prensa, que nos hemos puesto la meta de romper el cerco que
ha establecido el duopolio de la prensa escrita", sostuvo.
El Mercurio,
y su veintena de ejemplares de circulación nacional y regional, y el Consorcio
Periodístico de Chile (Copesa), que controla los diarios La Tercera, La Cuarta,
La Hora, una cadena de radios y las revistas Qué Pasa y Paula, constituyen el
llamado "duopolio'" de la prensa chilena.
Diario Uno, que comenzará
siendo un semanario publicado los domingos, tendrá un tiraje de 20.000
ejemplares y su costo serán 600 pesos (poco más de un dólar).
Para
asegurar independencia y sobrevivir financieramente, Claude ideó un modelo de
negocios participativo, a modo de cooperativa, que implica que cualquier
ciudadano puede ser accionista del diario y designar en asamblea a su
directorio.
Los socios hasta ahora suman 1.500 y el valor mínimo de la
acción, "intransferible", para evitar la concentración, es de 10.000 pesos (unos
20 dólares). También esperan recibir aportes solidarios de organizaciones
sindicales, estudiantiles y comunitarias, "descontentas" con el actual "modelo
político y de desarrollo, de acumulación de capital y de concentración de la
riqueza".
La idea es construir un consejo editorial con representantes
de organizaciones ciudadanas, profesores y trabajadores de distintos sectores.
Por ahora tienen financiados cuatro números y, logrando unos 30.000
lectores, la publicación tiene asegurada su sobrevivencia, afirma Claude, lo
cual trae a la memoria muchos medios desaparecidos desde el retorno a la
democracia en 1990, como las revistas Apsi y Análisis y los diarios La Época, El
Metropolitano y Siete.
"Vamos a tener publicidad, pero no dependeremos
del ‘avisaje’ (publicidad), queremos sustentarnos en un compromiso ciudadano",
dijo Claude, tras indicar que la elección en enero de este año del derechista
empresario Sebastián Piñera como presidente de Chile reactivó el lanzamiento del
semanario.
Piñera, quien asumió su cargo el 11 de este mes, puso fin a
20 años de hegemonía de la centroizquierdista Concertación de Partidos por la
Democracia, criticada constantemente por no tener una política de fomento de
medios de comunicación para frenar la alta concentración y el poco pluralismo
existente en el país.
El propio Piñera es dueño del canal de televisión
Chilevisión y, ante los constantes cuestionamientos que ha recibido por esta
razón, el flamante mandatario aseguró que una fundación sin fines de lucro se
hará cargo de su administración.
"Vamos a fiscalizar al gobierno, a los
partidos políticos y a las instituciones del Estado. No nos definimos como un
diario de oposición ni tampoco de izquierda. Queremos que aquellos problemas que
efectivamente afectan a la ciudadanía sean puestos en su dimensión real" en el
debate público, planteó Claude.
Diario Uno viene a acompañar a
solitarios proyectos alternativos como el diario El Ciudadano, nacido en 2005,
la revista mensual El Periodista y el más contestatario y satírico quincenario
The Clinic. Un referente internacional, según Claude, es el "progresista" diario
argentino Página 12.
El nombre del nuevo medio tiene tres explicaciones,
indicó. En Chile, los diarios suelen "numerarse", como La Segunda, La Tercera y
La Cuarta. Además, su intención es disputarle el cetro de influencia al
centenario diario El Mercurio y finalmente su logo, D1, apela a que las personas
sientan que es "De cada uno".
"Mas allá de las características
específicas del Diario Uno, me parece que su creación y salida a circulación, y
el esfuerzo puesto en ello, son una excelente noticia para la industria de los
medios en Chile", dijo a IPS la coordinadora del Programa de Libertad de
Expresión del Instituto de la Comunicación e Imagen de la estatal Universidad de
Chile, Claudia Lagos.
"Si bien no conozco en detalle todo el modelo de
negocios que propone, creo que es relevante la apuesta por colectivizar la
propiedad del medio, para probar otros caminos para abrir el debate público,
sobre todo en un contexto y un mercado donde las barreras de entrada son altas
para nuevos actores", agregó.
Para Claude, Diario Uno "es una propuesta
que va a subsistir si un gran número de chilenos se compromete en esta
iniciativa y la apoya". Si así no ocurre, "tenemos dos caminos: desaparecer o
ser comprados o adquiridos", concluyó.
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