El entrenador de River, Leonardo Astrada, se llamó a silencio antes de la continuación del superclásico mañana porque sabe que la suspensión lo terminó favoreciendo debido a que le dio tiempo para sumar trabajo con los titulares y encima en Boca se lesionó Hugo Ibarra.
En el fútbol a veces dicen presentes imponderables y los mismos pueden terminar definiendo la suerte de muchos partidos.
en la previa a la continuidad del superclásico, luego de la suspensión del superclásico del domingo pasado por el mal estado del campo de juego en La Bombonera, favorecieron claramente los planes de Astrada, aunque esto no sea un dato más que puede llegar a perder sentido si el jueves Boca convierte un gol en el inicio del cotejo.
Pero la primera noticia positiva para River pasó por el hecho de que tenía en el equipo dos jugadores titulares cuyo estado físico y falta de minutos de fútbol eran notorios, que son los casos de Gustavo Cabral y Matías Almeyda.
Cabral jugó su último partido oficial en primera en diciembre pasado y Astrada decidió que retorne justo en este superclásico ante Boca.
Y en la semana previa al partido del domingo pasado, el ex defensor de Racing recién apareció entre los titulares el viernes, realizando ese día la única práctica de fútbol formal junto a Alexis Ferrero, su compañero de zaga.
La suspensión del superclásico le permitió a Astrada trabajar más a la dupla central, quienes hicieron fútbol juntos el lunes y el martes y hoy, a puertas cerradas, hicieron ejercicios tácticos livianos.
Pero también a Astrada le sirvió estos días para darle más entrenamientos a Almeyda, quien vuelve después de tres semanas, en la posición de volante por derecha.
Y como si fuera poco, la lesión de Ibarra también le abrió otro abanico de posibilidades al técnico de River, en una situación que puede llegar a ser clave en el superclásico.
Astrada decidió ubica como volante por izquierda a Rodrigo Rojas, quien tiene características ofensivas, y uno de los puntos que tenía que cumplir el paraguayo era cubrir las subidas de Ibarra.
Ahora, Rojas tendrá más libertad, sobre todo porque Ezequiel Muñoz pasará poco y nada al ataque, aunque también es cierto que una de las ideas de Astrada era lastimar a Boca ganando la espalda de Ibarra, cosa que ahora no ocurrirá.
También fue una ventaja para River trabajar con la tranquilidad que lo hizo durante estos días, con Astrada no dudando nunca de que los once que saldrán a la cancha mañana serán los mismos que empezaron jugando el domingo.
Este jueves en La Bombonera será la hora de la verdad y habrá que ver si River puede hacer pesar en la cancha las ventajas que tuvo en la previa.
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