El rol de la mujer, hoy, en la provincia es muy rico para abarcar solo una definición. Porque en realidad seria difícil y hasta errado encerrarnos en una única postura sobre qué es la mujer. Tucumán ha generado un tipo de mujer emprendedora que ya no pide permiso, sino que ocupa espacios reales de preponderancia. Escribe Catalina Rocchia Ferro.
Ese hecho, el de la irrupción, es diferente a lo que ocurre en sociedades menos desarrolladas de las provincias del NOA.
En una realidad social tan rica como la que vive hoy nuestra provincia, la mujer termina siendo muchas cosas a la vez, cumpliendo diversos roles y por tanto, haciendo de su feminidad una vestimenta irrompible de coraje y responsabilidad. Esta vestimenta, ya hecha piel, es una clase de proteo que puede tomar muchas formas; ser madre, amiga, trabajadora, esposa, gobernanta de la casa, etc.
Gracias a la maduración que adquirió Tucumán en las ultimas décadas, podemos decir, que ser mujer no se agota en una cuestión de “genero”, en consecuencia nos encontramos frente a la transición de unas “Susanitas” , cuyo fin en la existencia era contraer matrimonio, tener una familia “tipo” y una vida estereotipada alrededor de una cosmovisión muy homogénea y ortodoxa, hacia una congregación de “Mafaldas” que comenzaron a participar activamente en el mundo del trabajo, de la mano con el hombre.
Podemos, por lo tanto, afirmar que nuestro querido “Jardín de la Republica” (a diferencia de muchas provincias del NOA en donde el estigma colonial es mucho mas notorio), genera un tipo de mujer emprendedora, preparada para las vicisitudes de la vida diaria, incluyéndola en todo tipo de actividades y haciendo, de lugares estancos en lo masculino, una pluralidad social enriquecedora. Esta pluralidad se configura así, como la propia dinámica de la sociedad.
Hoy, la mujer no pide permiso…Se convirtió en protagonista de su propia historia épica. Esta historia no tiene final, ya que con el transcurso de las generaciones va creando nuevos personajes femeninos.
En la continuidad, radica la piedra basal de todo el engranaje. Las próximas generaciones tendrán en sus genes culturales el ímpetu luchador de esas mujeres que hace ya algunos años se calzaron sus zapatos altos y salieron a enfrentar la vida “cara a cara”.
En conclusión, la evolución del género femenino engrandeció Tucumán en todas sus facetas, y por esta simple razón es que la mujer es el sujeto necesario para toda proyección futura.
Catalina Rocchia Ferro
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