Anoche Atlético Tucumán ante Newell´s consiguió un justo empate. Terminó 1 a 1 un partido que empezó a todo ritmo , luego se tomó una siestita y vino el gol de la visita por intermedio de Sperdutti. A pocos del final Pereyra puso justicia en el marcador. Intenso y emotivo encuentro que hizo gritar, insultar, reir y llorar a miles de simpatizantes decanos que llegaron al Monumental.
Osvaldo Sosa “cumplió con los hinchas" decanos y formó un equipo como le pidieron en los últimos días.
Entraron Granero y Fabio Escobar desde el inicio. Paró un equipo más ofensivo e intentó llevar por delante a Newell´s, que aguantó un sofocón de unos pocos minutos y comenzó a trabajar el partido. Vangioni ganaba más que perdía con Erroz, Roselli hacía los propio, Granaero con mucha fuerza y ganas y con poco juego, buscaba y metía . El equipo rosarino se adueñó se adueñó del medio campo, Formica intentó crear juego saliendo con pelotas más limpias acompañado por Roselli pero la llegada hasta Boghossian no resultado dado lo bien que marcaron al uruguayo, Paéz y Barone. A los 20 minutos del primer tiempo eran más (por lo menos de quien esto escribe ) las ganas de irse a comer una pizza que quedarse a ver el partido, Aburrido y chato era el común denominador de las acciones. Me olvidaba, a los 13 Sebastián Longo había reemplazado a José Saavedra.
El primer tiempo terminó con un justo empate en cero. La hinchada en las tribunas comenzó a mostrar cierta impaciencia, pero siguió alentando, mientras los jugadores decanos con cabeza gacha se retiraban a los vestuarios.
En el de Atlético Tucumán me parece que se escuchaban los gritos del Chiche, que no estaba bombón, para sus dirigidos, “metan muchachos , metan que podemos”. Fabio Escobar escuchaba y sufría el cansancio mientras se hacía masajear. El paraguayo no rindió lo esperado por la hinchada ni por el técnico. Estuvo lejos de su nivel, que intentó suplir con entusiasmo.
En el inicio del complemento volvió el Sosa de siempre, entró Musto y salió Vargas. A cuidar el punto y si se puede hacer un golcito mejor. Murmullos en las tribunas. Otra vez a cuidar el resultado pensaron los sufridos decanos.
Y así fue Ñuls ( como escriben algunos) vio que podía se vino con todo y justificó el gol que convirtió Sperdutti -3 minutos antes había reemplazado a Roselli- luego que Formica disparó al arco y la pelota le quedó al autor del tanto que con potencia la clavó en el arco del buen arquero decano. 1 a 0 y merecido. Como dicen los técnicos de ahora “tuvimos más situaciones”., seguramente pensó Boquita Sensini ( Que bien el apodo, es jetón el rubio)
Pero en este devaluado y mezquino fútbol actual el castigo para los rosarinos se dio casi al final. Desde los 18 minutos, momento del gol de la visita, hasta el empate a los 44 del local , el equipo de el ex número 4 del seleccionado argentino de los 90, le entregó todo al de su colega Osvaldo Sosa. Chiche y sus ayudantes comenzaron a cortar clavos en el banco. El gol no venía y el raje se acercaba. Entre los hinchas se sufría como jubilado cobrando la mínima . hasta que se equivocó el doble del Chipi y le dejó la pelota para que el distinto, el diferente, el auténtico Juan Pablo Pereyra hiciera el gol del empate.
Por fin, pararon de sufrir los miles de decanos que enfundados en camisetas celeste y blanca se pararon para gritar el gol del mejor de siempre. Casi chau, pero hola, menos mal para el técnico. El domingo con Banfield, ojo con el diezmo.
Daniel A. Villalba
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