Ante el hecho de la exploración petrolera de Inglaterra en Malvinas, es necesario resaltar la reacción pacífica de Argentina que demuestra signos de madurez colectiva luego del conflicto bélico de 1982. “En un mundo que cambia, una verdad que no cambia, termina siendo una mentira”. Escribe Catalina Rocchia Ferro.
Demos paso a un país democrático y pluralista que hoy nos enorgullece.
Desde que Inglaterra derrotó a la potencia Española en el Siglo XVII, se demostró poseedora de un titulo “honorífico” mundial, algo así como un cuasi derecho adquirido, que se basaba en un fervor imperialista, inclinado hacia el océano. Nacía así la “Reina de los Mares”.
No obstante esto, en este articulo seguiremos la siguiente premisa: “En un mundo que cambia, una verdad que no cambia, termina siendo una mentira”.
El estigma “triunfal” sobre el cual Inglaterra asienta los cimientos de su patriotismo exacerbado, es justamente en clave de guerra, y división amigo-enemigo. Esto es grave, ya que en ese cuadrante no podemos encontrar un espacio de dialogo en el cual manifestar intereses contrapuestos que lleven a negociaciones posibles. Todo esto demuestra el carácter polifacético que siempre marco a la política en general.
Entendemos, también, que la política en si misma, tiene como eje central la Conflictividad, que cuando esta presente en una lucha agónica (y no antagónica), puede ser totalmente productiva. Es mas, al no poder sacar el elemento “conflictividad” de la política, debemos buscar vías de escape que nos lleven a puertos pacíficos.
Justamente es allí donde queremos detenernos, queremos anclar nuestro barco en aquellos “puertos pacíficos”…dicho de otro modo, queremos destacar la importancia que tiene el hecho de la madurez con la cual Argentina encaro el problema actual en las Islas Malvinas (problema que fue atacado desde un punto de vista totalmente Imperialista desde Inglaterra).
En este punto, se nos hace imposible no remitirnos a un hecho puntual que marcó a fuego la historia de nuestro país. En el año 1982 la celebre frase:- “Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, abría las puertas a una instancia bélica incesaría, cruel e irresponsable, que desgasto a la sociedad misma. El resultado de este “experimento armado” fue la perdida del archipiélago, y con ello parte de nuestra dignidad como Nación. Sin mencionar la cantidad de soldados caídos, y la cantidad que cayeron al volver a una Argentina degradada por la violencia capilarizada en todos los ámbitos de lo social.
Hoy, nos encontramos ante la posibilidad de reivindicar a la Nación, de volver a las bases mismas de esta, a ese plesbicito cotidiano que nos hace “Argentinos”, que nos hace “celestes y blancos” y sobre todo “libres”… ya que “los enemigos de la libertad no pueden ser el pueblo”…
Todo lo dicho anteriormente solo puede darse sobre las condiciones mismas de la democracia pluralista que hoy (y no en el “ayer” de la historia), nos caracteriza. Encaramos el problema como un pueblo homogéneo, y no como una yuxtaposición de opiniones y contradicciones absurdas e innecesarias, que muchas veces van contra la legitimidad misma del pueblo, clave de bóveda de todo sistema democrático.
El sistema democrático, no perfecto pero si perfectible, debe ser construido entre todos por medio de una lógica en común, que hoy podemos decir, se vio manifestada de forma pacifica y responsable.
Por lo tanto, y para concluir, un aplauso por favor, demos la bienvenida a la nueva Argentina que hoy nos enaltece.
Catalina Rocchia Ferro
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