"Les quiero decir que tener identidad es lo más lindo que hay, fueron muchos años de sentir dudas y un gran vacío", declaró ayer Francisco, de 32 años, ante decenas de periodistas y fotógrafos en la sede de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, de la Capital Federal.
Francisco Madariaga, que hasta la semana pasada llevaba el nombre de Alejandro Gallo, es hijo de la médica Silvia Quintela y de Abel Madariaga, actual secretario de Abuelas, quien sobrevivió a la represión gracias a que logró exiliarse en Suecia tras el secuestro de su mujer.
El joven ofreció ayer, junto a su padre y la presidenta de
Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, una conferencia de prensa en
la que fueron recibidos con euforia y aplausos.
Allí, contó que
siempre sintió que no pertenecía a la familia que lo crió. "Era una
familia muy violenta y yo sentía que no me parecía a nadie".
"Fueron
años muy oscuros. Dudé mucho. Era raro sentir que tu propia familia no
te dejaba avanzar y no te ayudaba en nada", confesó, y añadió que tenía
dos "hermanos" (hijos del matrimonio que se apropió de él), una mujer y
un varón, a los que calificó también de "víctimas" y con quienes dijo
"no tenía parecido físico alguno".
El muchacho se enteró la
semana pasada de su verdadera identidad cuando se conocieron los
resultados de muestras de ADN que se habían tomado a principios de
febrero aconsejado por la institución que preside Carlotto.
Francisco
decidió acudir a Abuelas impulsado por dos amigos íntimos, que lo
acompañaron y que hoy estuvieron presentes cuando dialogó con los
periodistas.
A su lado, emocionados hasta las lágrimas, su padre
Abel y Carlotto agradecieron al gobierno nacional haber proporcionado
en los últimos años los medios necesarios para recuperar nietos y
dijeron que la aparición de Francisco "es un regalo".
"Tener un
hijo desaparecido es como tener un agujero en el alma y hoy mi alma
revienta de alegría", expresó el hombre de 58 años, y aseguró que
Francisco "es un tigre, es muy parecido a su madre pero pobrecito tiene
algunos rasgos míos", bromeó.
Por su parte, el joven dijo que
"gracias a dos amigos" pudo "enfrentarse" con el "tipo" que lo educó,
un oficial del Ejército llamado Víctor Gallo que fue miembro del
batallón 601 y fue detenido el viernes pasado por la apropiación ilegal.
Gallo
es dueño de una empresa de Seguridad denominada "Lince" y estuvo
involucrado en otros hechos criminales como el asalto a una financiera,
en un asesinato y en levantamientos carapintadas en la década del 80.
"Yo
no pertenecía a ese lugar", dijo el joven en alusión a sus
apropiadores, y aconsejó a quienes como él tienen dudas sobre su
identidad a "no traicionarse" y a "buscar siempre la verdad".
"En
este momento estoy disfrutando de mi familia que es enorme", añadió
cuando se le preguntó si mantenía contactos con sus familiares de
sangre.
Su padre dio luego detalles del encuentro con el
muchacho, la semana pasada en la sede de Abuelas. "Cuando entró por esa
puerta nos reconocimos inmediatamente y no nos separamos más".
Madariaga
recordó que la semana pasada estaba de vacaciones en una quinta cuando
lo fueron a despertar de una siesta Carlotto y dos de las Abuelas. "No
lo podía creer, iba en el auto y las miraba pensando que me estaban
cargando", dijo casi al borde del llanto.
Carlotto por su parte
llamó a Francisco como "el primer nieto del Bicentenario" y dijo que
encontrarlo fue "un premio para este padre que luchó toda la vida y que
se convirtió en rector de la Asociación en la búsqueda de otros
nietos".
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