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Morales invita a sus colegas de países vecinos al Carnaval de Oruro para que atestigüen el patrimonio boliviano

El presidente Evo Morales invitó el sábado a sus colegas de los países vecinos al Carnaval de Oruro para que atestigüen el patrimonio de la música y de las danzas bolivianas como la mejor campaña de defensa del folklore de este país, en medio de una serie de denuncias de usurpación de sus manifestaciones culturales.

En una conferencia de prensa, Morales aseguró que el tradicional Carnaval de Oruro es la expresión folklórica más grande del mundo, después de asistir a un festival de bandas en la que 6 mil músicos interpretaron diversas melodías bolivianas, en un evento que abrió el programa de esa festividad.

"Aprovecho esta oportunidad para invitar a los presidentes de los países vecinos para que puedan ver el Carnaval de Oruro y la música que se interpreta, que son las originarias", remarcó.

El gobernante señaló que es una obligación del Estado Plurinacional defender el patrimonio boliviano "como la mejor forma de descolonización".

"La mejor forma para defender el Carnaval de Oruro es invitando a las autoridades de países vecinos a los organismos internacionales", insistió al recordar que la UNESCO reconoció al Carnaval de Oruro como Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad.

El Carnaval de Oruro es una gran demostración del sincretismo religioso pagano que se realiza en honor de la Virgen del Socavón y en el que participan al menos 30 mil bailarines y 10 mil músicos.

Una de las danzas más tradicionales es La Diablada, que en algún momento Perú reclamó como suya, posición que originó nuevos roces diplomáticos entre ambos países.

Bolivia defiende la propiedad de esa y otras danzas, como los caporales, porque a su juicio están reconocidas como bolivianas por la UNESCO en la declaratoria del Carnaval de Oruro como Patrimonio Cultural e Intangible de la Humanidad.

Según las tradiciones, el Carnaval de Oruro se origina en las ancestrales invocaciones andinas a la Pachamama (Madre Tierra), el culto al Tío de la mina (Diablo) y a la Virgen de la Candelaria.