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AMPLIAREl epicentro se ubicó a 100 Km al suroeste de San Miguel de Tucumán

Un sismo interrumpió la siesta de los tucumanos

El sismo se registró a las 14.28 con epicentro a 100 kilómetros al suroeste de la Capital tucumana, en la Sierra de Narváez. La magnitud fue de 5.4 en la escala de Richter. El temblor alcanzó a Córdoba, Santiago y Catamarca. No se pierda los comentarios de los vecinos.

No se reportaron daños.

Algunos estaban comiendo, otros de sobremesa, unos cuantos por hacer la siesta o simplemente durmiendo, cuando 28 minutos pasadas las 2 de la tarde, un extraño movimiento puso en alerta a varios. Otros, simplemente, como el que suscribe, se enteró del sismo, unos minutos después mediante mensaje de texto.

Lo cierto es que a las 14.28 de ayer un sismo de 5.4º en la escala de Ritcher interrumpió la siesta tucumana. El epicentro fue a 100 kilómetros de San Miguel de Tucumán, en la Sierra de Narváez, en el límite entre Tucumán y Catamarca, a una profundidad de 33 kilómetros. Según informa el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres).

La intensidad en la escala de Mercalli modificada alcanzó el grado III a IV en Tucumán y Catamarca mientras que en Santiago y Córdoba, donde también se sintió el temblor, fue de III.

“Por suerte no se registraron daños ni víctimas”, comunica Inpres. Solo algunos sorprendidos. Por ejemplo Leo del barrio Municipal, comentó que “justo estaba sacando la comida de la heladera cuando sentí que algo se movía, luego me senté y el movimiento fue más intenso”.

Por su parte, Rocío de barrio Juan B. Terán, indicó que “en el departamento (tercer piso) se movió todo, incluso se calló un chanchito de mi hijo”.

En cambio Martín de barrio Echeverría dijo que “no sentí nada, pero si mi novia. Yo ya estaba durmiendo por eso ni me enteré”.

A su vez, con cierto tono de tragedia, Melisa de barrio El Bosque, afirmó que “cerca de las 14.30 me estaba bañando, lavándome la cabeza, cuando de repente siento que un pequeño estante se me cae encima, la verdad que el relax que buscaba terminó en enojo, cuando salí, mi hermano, me preguntó si había sentido el temblor, no hizo falta que conteste, el chichón en mi frente lo decía todo”.

Sebastián Ganzburg