Unos pocos miles de votos podrían dirimir este domingo la segunda vuelta presidencial de Chile entre el candidato de la coalición gobernante de centroizquierda, el ex mandatario Eduardo Frei Ruiz-Tagle, y el de la oposición derechista, Sebastián Piñera.
Por Daniela Estrada, para IPS.
El resultado es incierto", resumió a IPS Gustavo Martínez, director del Centro
de Estudios de Opinión Pública de la estatal Universidad de Chile, quien tiende
a pensar que ganará el ex senador y multimillonario empresario Piñera por
estrechísimo margen.
Un triunfo del representante de la derechista
Coalición por el Cambio significaría el fin de la hegemonía que ha mantenido la
centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia desde que se
restauró la democracia en 1990, con la elección consecutiva de tres presidentes
y una presidenta en este país austral latinoamericano.
Se trata de los
democratacristianos Patricio Aylwin (1990-1994) y Frei (1994-2000), actual
senador que busca un nuevo mandato presidencial, y los socialistas Ricardo Lagos
(2000-2006) y Michelle Bachelet, cuyo mandato concluye el 11 de marzo.
Una victoria de Piñera sería la primera de la derecha a través de las
urnas desde 1958, sin tener en cuenta su participación en la dictadura del
fallecido general Augusto Pinochet entre 1973 y 1990.
Según la última
encuesta difundida por el Centro de Estudios Mori antes de la definitiva jornada
electoral, Piñera, de 60 años, se impondría al ex mandatario, un ingeniero
hidráulico de 67 años, por 50,9 contra 49,1 por ciento de los votos.
Si
se considera el margen de error del sondeo, el resultado indicaría un "empate
técnico" entre los contendores.
En la primera vuelta presidencial, el 13
de diciembre, Piñera obtuvo 44 por ciento de los sufragios, Frei 29 por ciento,
el independiente Marco Enríquez-Ominami 20 por ciento y el representante del
izquierdista Pacto Juntos Podemos, Jorge Arrate, seis por ciento.
Arrate
anunció su apoyo a Frei el 22 de diciembre, mientras que Enríquez-Ominami demoró
hasta este miércoles 13 para indicar que votará por el ex mandatario, tras
constatar que algunas de sus propuestas de campaña, como la reforma tributaria y
la declaración del agua como bien de uso público, fueron acogidas por el
oficialismo.
"Ante la incertidumbre de que la derecha pueda llegar a
impedir la marcha de Chile hacia el futuro, es mi responsabilidad contribuir a
que eso no ocurra", declaró el joven diputado, hijo del líder histórico del
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Miguel Enríquez, asesinado en 1974
por agentes de la dictadura de Pinochet.
Sin embargo, el parlamentario,
de 36 años, aclaró que dejaba en libertad de acción a sus partidarios, y ha
mantenido el discurso crítico tanto contra la Concertación como contra la
Coalición por el Cambio durante toda la campaña electoral, lo que sembró dudas
respecto a su pronunciamiento a favor de Frei.
Precisamente una de las
claves de la elección del domingo, según coinciden analistas de deferente signo,
será el comportamiento de los 1,4 millones de votantes que optaron por
Enríquez-Ominami en diciembre.
De acuerdo al sondeo de Mori, 44 por
ciento de los electores del diputado y cineasta, que renunció al co-gobernante
Partido Socialista para lanzar una candidatura ajena a la Concertación,
respaldarían a Frei, mientras que 20 por ciento se sumarían a Piñera.
"El electorado de Enríquez-Ominami es bastante más heterogéneo que el de
Arrate", por lo que es difícil hacer cálculos exactos respecto a la opción que
tomará esa masa de votantes, planteó el politólogo Martínez.
Según los
expertos, en el balotaje también serían decisivas las personas que piensan votar
blanco y nulo, que en diciembre sumaron algo más de 284.000 votos.
En
tanto, la abstención en primera vuelta fue de un 12,32 por ciento.
Por
ello, tanto Bachelet como los dos candidatos en sus cierres de campaña del
jueves llamaron a los 8,2 millones de electores a no anular sus votos como una
forma de crítica.
"Efectivamente, es la elección presidencial más
complicada (desde 1990) porque en primera vuelta la Concertación se presentó con
tres candidatos en la práctica", dijo a IPS la politóloga María de los Ángeles
Fernández, directora ejecutiva de la no gubernamental Fundación Chile 21, ligada
al oficialismo.
"Pero una elección igualmente difícil, no lo olvidemos,
fue la que disputaron (el ex mandatario Ricardo) Lagos y (el candidato
derechista Joaquín) Lavín en 2000 y que le dio el triunfo a Lagos, en segunda
vuelta, por escaso margen (30.000 votos)", acotó.
Fernández estima que
Frei "ganará por 51 por ciento versus 49 por ciento, aunque, en la práctica,
todos los análisis avizoran un virtual empate técnico".
El senador es
hijo del ex presidente Eduardo Frei Montalva (1964-1970), asesinado por
envenenamiento en una clínica en enero de 1982 por agentes de la dictadura de
Pinochet, según una investigación judicial en curso.
Este jueves, la
presidenta dijo que votaría por Frei "porque es una persona honesta" y aseguró
que el ex mandatario logró separar sus negocios de la política cuando ingresó al
servicio público.
Sin nombrarlo, Bachelet recordó los conflictos de
intereses que constantemente se le achacan a Piñera, cuya fortuna se estima en
más de 1.200 millones de dólares, con acciones en el popular equipo de fútbol
Colo-Colo y el canal de televisión Chilevisión, entre otras empresas.
Además, en las últimas semanas las fuerzas que apoyan a Frei
intensificaron su estrategia de asociar a Piñera con la dictadura de Pinochet.
Aunque el candidato derechista siempre ha asegurado que votó "No" en el
plebiscito sobre la extensión del régimen dictatorial realizado en 1988, buena
parte de los líderes del Partido Unión Demócrata Independiente (UDI), que lo
apoya, fueron colaboradores directos de la dictadura.
Compelido a
definirse al respecto, Piñera se comprometió sólo a no nombrarlos ministros de
un eventual gabinete suyo.
Diversos politólogos, coinciden en la idea de
que si triunfa Piñera será más una derrota de la coalición gobernante que un
mérito del representante de la derecha.
"A mi juicio, la Concertación en
esta elección no ha marcado de manera clara la diferencia entre las dos
candidaturas en términos políticos-sociales", dijo a IPS Martínez.
La
coalición gobernante tuvo éxitos destacados, como reducir de 38 a 13 por ciento
la pobreza del país en 16 años, pero también se le critica su falta de
renovación y de democracia interna, la lógica de cuotas de poder que se instaló
en su seno y los hechos de corrupción conocidos en los últimos años.
Consciente de las suspicacias que puede generar una elección estrecha,
el director del Servicio Electoral, Juan Ignacio García, declaró que "si todos
los actores cumplen su labor de acuerdo con la ley y buena voluntad habrá un
proceso electoral transparente reconocido por todo el mundo".
Por Daniela Estrada, para IPS.
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