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AMPLIARContinúan los controles diarios

Escasa educación vial en San Miguel de Tucumán

Durante el año pasado, la dirección de Tránsito municipal secuestró aproximadamente 6.800 vehículos por no respetar normas viales, poniendo en riesgo su vida y la de otros. Una cifra ridícula, porque se sabe que la cifra es mayor. Del total secuestrado, el 65% fueron motos, por infracciones como no usar el casco protector y violar la luz roja. Entre los automovilistas, la falta más frecuente fue hablar por celular mientras se conduce.

Este año los controles continúan para concientizar a los vecinos sobre la importancia de respetar las normas de tránsito.

Los problemas siguen en aumento a pesar de las campañas del muncipio para evitar las infracciones. Los conductores tucumanos hacen poco caso al cumplimiento de las ordenanzas puestas en vigencia.

Durante el publicitado control  del uso obligatorio, a los moticilcistas, del casco hubo un gran acatamiento de esta norma de seguridad para los conductores de estos vehículos. Pero al poco tiempo todo volvió a la "normalidad".

Los inspectores y la policia se relajaron y esto fue aprovechado  por los irresponsables que otra vez circulan por cualquier lado y delanto de los controles sin el casco.

Igual actitud, en cuanto al respeto de las normas,  por parte de los automovilistas. Los fines de semana es inmenso el número de conductores alcohilizados que "pasean " por la provincia y son pocos los penalizados.

Ni hablar  de aquellos que violan semáforos en rojo, conducen y usan al mismo tiempo los celulares, estacionan en lugares prohibidos, doblan a la izquierda en cualquier avenida , entre otras faltas de respeto a la vida propia y ajena.

Secuestar y multar a propietarios de casi siete mil vehículos es ridiculo,  porque la cifra debería ser mucho mayor. Quizás haya  protegidos y cohechos que benefician a muchos. 

Una vergüenza que se anuncianm tantos operativos y campañas de concientización y eso dure tan poco. Sería aceptable si las autoridades fueran foráneas,  y no conocieran la idiosincracia local, pero son tan tucumanos e infractores como los habitantes del Jardín de la República.

Daniel A. Villalba
villalbadaniel@gmail.com