El gobierno ecuatoriano decidió renovar por 30 días el estado de "excepción eléctrica" en el país, a 60 días de su declaratoria, debido a que la provisión de energía todavía no está garantizada.
El decreto ejecutivo, firmado por el presidente Rafael Correa, estipula la continuación de las medidas establecidas en la primera declaratoria del 6 de noviembre.
Los meses de enero y febrero "suelen ser los de menores
caudales, lo cual hace indispensable mantener las medidas que
permitan garantizar la continuidad y el suministro del servicio
eléctrico", justifica el documento.
Según el decreto, el Ministerio de Finanzas deberá seguir
proveyendo de los recursos necesarios para enfrentar los
apagones que iniciaron de improviso el 5 de noviembre.
Las entidades con capacidad de generación propia mantienen la
obligación de utilizar sus equipos bajo pena de destitución de
los funcionarios públicos responsables.
En dos meses de emergencia, el gobierno no ha podido resolver por completo el problema generado por la falta de lluvias en la central Paute, la mayor del país, y por la escasa inversión en generación térmica.
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