Enviar Nota | Imprimir

AMPLIARNiños evacuados, la otra cara del Día de Reyes

Los Reyes Magos trajeron la tormenta

Cuando en la víspera de la llegada de los Reyes Magos, los tucumanos (salvo los dueños de jugueterías) en todos lados, transpiraban y renegaban de la temperatura, muy pocos se acordaban de la “tradicional” tormenta del 6 de enero. Es que esos fenómenos que hace muchos años llegaban puntualmente, en estos tiempos hasta que no aparece, solo los mayores los tienen en cuenta. Así fue.

Esas personas ayer acertaron a la “cabeza”, con sus esperanzados anuncios de tormentas.

No era para menos, el día anterior las calles fueron un infierno, en ningún lado se podía estar. Solo los vendedores ambulantes,  que con  acuerdos del municipio habían copado las peatonales con sus juguetes,  aguantaban. La sensación térmica estuvo en los 44 grados . La de los jugueteros  fue  mayor y mejor, cuando observaban las largas filas de mujeres y hombres en sus negocios.

Mientras los camellos comían el pasto y tomaban agüita  y se aprestaban a retornar a la estrella que los cobija, como a las cinco y media   del 6 de enero  del año de disputa de un mundial  de fútbol,  comenzó a llover despaciosamente. Una hora después era tormenta y un ratito posterior viento, agua, y cuando amanecía se vino la oscuridad total. La ciudad se quedó con Edet, pero  sin energía eléctrica, sin ómnibus, sin taxis, sin árboles y en muchos lugares sin Melchor, Gaspar y Baltasar, los supuestos “autores del diluvio”.

No hubo un anciano que no pusiera  cara de” viste yo te dije, la tormenta de Reyes no falla”. Y bueno habrá que creerles o,  por lo menos prestarles más atención cuando hablan del tiempo y los fenómenos naturales. Ayer acertaron.

Recién a la hora del almuerzo , cuando la lluvia y el susto bajó, aparecieron los dueños de los corazones de padres, abuelos, tíos, hermanos y  padrinos, con sus juguetes. Autitos, muñecas,  pelotas,  casitas, bicicletas, triciclos ( de plástico), zapatillas, camisetas de fútbol, botines, celulares e innumerable variedad de juguetes no tradicionales , algunos tan  extraños que parecía salidos de la imaginación de algún interno de una casa de reposo ( loquero, bah). Pero todos los bajitos felices. Al fin y al cabo es lo que cuenta.

“Gracias” a los Reyes Magos la temperatura bajó, se cayeron árboles, se inundaron hogares, hubo evacuados , se rompieron heladeras, se echó a perder la comida, y todo lo demás  que produce una tormenta, como la de ayer, en una ciudad a la cual “Falta mucho por hacer”.

Daniel A. Villalba
villalbadaniel07@gmail.com