Al ver a Cristina Meier dirigirse al vivac de Fiambalá cerca del mediodía de ayer muchos habrían pensado que la corpulenta alemana se había despedido de su Dakar 2010. Pero, lejos de ser el caso, la corredora venía a solicitar asistencia.
Meier, una de las pocas mujeres inscritas en la categoría de motos, había tomado la salida del día y pilotaba sin excesivos problemas hasta que, transcurridos unos cincuenta kilómetros, se le plantó la moto. No conseguía arrancar su Yamaha 450cc.
Puesto que el recorrido de la especial era un bucle alrededor de Fiambalá, Meier se dio cuenta entonces de que se encontraba a sólo 2 kilómetros de distancia de la tierra prometida, el vivac y su camión de asistencia.
No podía rendirse. “Llegué a caballo”, contó divertida al dirigirse en busca de su asistencia.
“Un grupo de argentinos me ha estado ayudando a arrancar la moto y, al no conseguirlo, me han propuesto que volviera al vivac en un medio de transporte, cuando menos, original”.
Tras su visita al vivac, Cristina regresaba a la pista acompañada de su asistencia para volver a salir al asalto de la fatídica especial del día.
A las 19h16, la alemana pisaba de nuevo el vivac de Fiambalá… a bordo, esta vez sí, ¡de su Yamaha!.
FuenteMDZ
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