Éstas son las noticias que no captaron la atención que se merecían en 2009, pero quizá dominen la conversación en 2010.
Las relevó Joshua Keating para la revista Foreign Policy y sin estas:
El Paso del Nordeste se abre al tráfico comercial
El pasado mes de septiembre dos buques alemanes hicieron historia al ser las primeras naves comerciales que viajaron desde el este de Asia hasta Europa occidental a través de este paso entre Rusia y el Ártico. Hasta ahora, el hielo hacía la ruta intransitable, pero, gracias a la subida de las temperaturas, se ha convertido en un trayecto fácil. “Prácticamente, no hubo hielo en la mayor parte de la ruta”, dijo el capitán Valery Durov a la BBC. “Hace veinte años, cuando trabajaba en la parte oriental del Ártico, no podía ni soñar con una cosa así”.
El significado de este hecho varía según a quién se pregunte. El paso puede ser una mina de oro para el tráfico marítimo comercial, porque abre una ruta mucho más corta y barata entre Asia y Europa. Sin embargo, para los ecologistas, la noticia es una señal de que el cambio climático quizá está alcanzando un punto de inflexión peligroso.
Las últimas observaciones de los científicos sugieren que el Ártico quizá llegue a estar casi sin hielo durante el verano en los próximos diez años. Las consecuencias ambientales -más inundaciones en las regiones costeras de todo el mundo y la extinción de especies animales locales- son bien conocidas. Pero el deshielo crea también posibilidades para la rivalidad geopolítica. Moscú ha plantado literalmente su bandera bajo el hielo ártico y ha reivindicado la propiedad de unos recursos naturales ahora accesibles para consternación de los demás Estados septentrionales. La nueva ruta también beneficiará a Rusia, porque aumentará el tráfico de sus puertos orientales. La carrera por obtener las riquezas del Ártico está calentándose, y hasta la pacífica Canadá ha llevado a cabo maniobras militares con el fin de prepararse para un posible enfrentamiento.
El nuevo punto caliente de Irak
Con los medios internacionales y los círculos de comentaristas centrados en Kabul, casi cualquier noticia procedente de Bagdad pasó inadvertida este año. Es una lástima, porque, aunque la violencia en general descendió en Irak, el conflicto no se ha terminado, ni mucho menos. Desde una insurgencia persistente que lleva a cabo constantes atentados en las grandes ciudades, hasta los 2,7 millones de refugiados interiores que aún existen, pasando por una preocupante falta de reconciliación política en Bagdad, Irak tiene un montón de nuevos puntos calientes que amenazan con desgarrar los incipientes avances de los últimos años. Y el más inquietante de todos quizá sea el temor creciente a que estalle un nuevo conflicto entre las poblaciones árabe y kurda del país.
La escasa atención que ha atraído este tema hasta ahora se ha centrado en las reivindicaciones kurdas sobre Kirkuk y su petróleo, pero los analistas dicen que los acontecimientos en la cercana Nínive, la provincia alrededor de la ciudad norteña de Mosul, podría ser aún más peligrosa. La zona está al sur de la frontera kurda, pero contiene una gran población de dicha etnia que está deseando incorporar el territorio al Kurdistán. Después de la invasión encabezada por Estados Unidos, los kurdos pasaron a dominar políticamente en Nínive, en gran parte por la apatía de la población suní local, y estacionaron milicias peshmerga en la zona para asegurarse su control.
La situación cambió en enero cuando los suníes se unieron en torno al partido nacionalista árabe Al Hadba -que hizo campaña con un programa que incluía expulsar a las milicias peshmerga y contrarrestar la influencia kurda- y le permitieron obtener una estrecha mayoría en las elecciones provinciales de Nínive. La Lista Fraternal Kurda, el principal partido kurdo de la región, abandonó el consejo provincial y prometió no regresar si no le ofrecían una serie de puestos importantes en la dirección.
Ahora que ambas partes amenazan con recurrir a la violencia para resolver la disputa y que continúan los atentados de los insurgentes, incluido un atentado con camión bomba que mató a 20 personas en una aldea kurda en septiembre, las autoridades iraquíes y estadounidenses están cada vez más convencidas de que el conflicto de Nínive es la mayor amenaza contra la estabilidad del país. “Sin un compromiso, [Nínive] corre el peligro de arrastrar a todo el país por la pendiente”, dijo Loulouwa al Rachid, analista principal sobre Irak del International Crisis Group en septiembre. Una señal de lo tensa que se ha vuelto la situación es que las tropas estadounidenses seguían patrullando Mosul meses después de su retirada oficial de otras ciudades iraquíes.
Una línea directa para China e India
Las líneas directas entre dirigentes mundiales, como el legendario teléfono rojo entre Moscú y Washington instaurado tras la crisis de los misiles cubanos, están pensadas para evitar que unos malentendidos o unos errores de comunicación entre potencias nucleares puedan acabar transformándose en un conflicto nuclear. China y EE UU tienen una. India y Pakistán, también. Este año, los líderes indios y chinos acordaron establecer una entre Nueva Delhi y Pekín, y destacaron la preocupación de que el empeoramiento de su disputa fronteriza pueda convertirse rápidamente en el primer gran conflicto de la era multipolar.
Las dos superpotencias emergentes de Asia se disputan la región de Tawang, en el Himalaya, un distrito del Estado indio de Arunachal Pradesh que China asegura que forma parte históricamente de Tíbet y, por consiguiente, está dentro de sus fronteras. En 1962, los dos países libraron una guerra por el territorio que causó la muerte a más de 2.000 soldados. El Dalai Lama, que vive en India, tiene mucha influencia sobre la población de la zona, en gran parte de etnia tibetana, y eso irrita todavía más a Pekín. La región está cada vez más militarizada y el Ejército indio documentó 270 violaciones de la frontera y casi 2.300 casos de “patrullas fronterizas agresivas” por parte de los chinos en 2008. El primer ministro indio, Manmohan Singh, visitó el área en octubre, con las consiguientes protestas oficiales y medidas de represalia de Pekín.
En junio, The Times of India informó de que el presidente chino, Hu Jintao, había sugerido a Singh establecer la línea directa para que la disputa fronteriza no desemboque en una confrontación militar -o incluso nuclear- entre los dos países. Aunque seguramente es una precaución prudente, el teléfono rojo es una señal de que Tawang ha pasado a ser, junto con Cachemira, uno de los puntos calientes más peligrosos de Asia.
El eje naval entre Pekín y Brasil
Desde que China compró, sin mucho secreto, varios portaaviones soviéticos viejos durante los 90 los ambiciosos planes navales de Pekín han sido objeto de ferviente especulación por parte de los analistas militares. En marzo, el ministro chino de Defensa Liang Guanglie ofreció la mayor confirmación hasta la fecha de que el gigante asiático prevé emprender un gran programa de construcción de portaaviones, al decir a su homólogo japonés: “Tenemos que desarrollar un portaaviones”. El Pentágono cree que la Marina del Ejército de Liberación Popular (MELP) podría tener bastantes buques en funcionamiento en menos de diez años, y que los costes de construcción se elevarán a miles de millones de dólares. China, que tiene escasa experiencia de aviación naval, necesitaría entrenar a sus marineros y pilotos a toda velocidad para cumplir ese calendario, y eso significa encontrar una nave que ya funcione para prepararse en ella.
Lo malo es que sólo hay cuatro países que sigan teniendo buques capaces de lanzar aviones convencionales. Estados Unidos tiene poco interés en ayudar al Ejército chino; Francia lo tiene prohibido como consecuencia de un embargo de la Unión Europea; y Rusia, en los últimos tiempos, mira con más cautela la cooperación militar con su poderoso vecino del sur. Lo cual deja a Brasil, que se ha mostrado dispuesto a dejar que los oficiales de la MELP se entrenen a bordo de su buque de 52 años, el São Paulo (que compró a Francia en el 2000). El ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, dio a conocer el programa en una entrevista con una página web brasileña del sector en mayo. Aunque se desconocen los términos exactos del acuerdo, se piensa que los chinos quizá estén financiando la rehabilitación del viejo São Paulo a cambio del programa de entrenamiento. Una web naval china insinuó asimismo que tal vez China esté ayudando a Brasil a construir submarinos nucleares, y el propio Jobim dijo que confiaba en que el programa condujese a la cooperación militar en otras áreas.
EE UU es desde hace mucho tiempo la potencia naval dominante en el este de Asia, pero los buques chinos se atreven cada vez más a seguir a los estadounidenses, enfrentarse a ellos y lanzar desafíos legales contra lo que Pekín considera intromisiones ilegales en aguas chinas. Ahora que China e India están acumulando enormes recursos militares -los indios están planeando transformar un portaaviones ruso para su propio uso-, la supremacía naval estadounidense puede disminuir.
En público, la Marina estadounidense mantiene que un portaaviones chino no afectaría al equilibrio de poder militar en la región, pero el último informe anual del Pentágono sobre la capacidad militar de China advierte de que la campaña de modernización del país podría “aumentar las posibilidades de coacción militar de Pekín”.
Los asesinatos chechenos adquieren dimensión mundial
El mundo se escandalizó en julio con el asesinato de la activista de los derechos humanos Natalya Estemirova en Chechenia. Las sospechas inmediatamente se centraron en el hombre fuerte checheno respaldado por el Kremlin, Ramzán Kadírov, objeto frecuente de las investigaciones de Estemirova. Pero ha habido otros opositores a Kadyrov que han muerto asesinados en los últimos meses, y da la impresión de que vivir en el extranjero no sirve de nada. En enero, el ex guardaespaldas de Kadírov, Umar Israilov, murió por disparos en Austria, donde había pedido asilo político. Israilov había presentado una querella contra Kadírov en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, acusándole de secuestros y tortura.
En marzo, un ex miembro de la resistencia en el exilio, Ali Osayev, fue asesinado en Estambul. Antes habían muerto en esa misma ciudad otros dos antiguos jefes rebeldes chechenos, a finales de 2008. Los tres asesinatos se realizaron con un arma similar, según la policía.
También en marzo, Sulim Yamadayev, que dirigía una facción rebelde que competía con el líder checeho, murió asesinado en Dubai. Su hermano Ruslan, en otro tiempo rival de Kadírov en las elecciones a la presidencia de Chechenia, fue asesinado en Moscú en septiembre de 2008. En relación con el asesinato de Sulim, Interpol emitió órdenes de captura para siete ciudadanos rusos, entre ellos un representante en la Duma del partido Rusia Unida del primer ministro Vladímir Putin.
Está además el oscuro conflicto dentro de la propia región del norte del Cáucaso, que no está paralizado, ni mucho menos. Aunque las tácticas represivas de Kadírov han conseguido pacificar bastante Chechenia y el Kremlin hizo pública en abril una aparatosa declaración de misión cumplida y el fin de las hostilidades, cada vez se teme más que la insurgencia islamista de la república se extienda a la región circundante, con una oleada de coches bomba y asesinatos en la vecina Ingushetia. El presidente de esta díscola república resultó gravemente herido en un atentado en junio.
EE UU se incorpora a la guerra civil de Uganda
En enero, el periodista de The New York Times Jeffrey Gettleman dio la noticia de que el Ejército estadounidense había ayudado a planear y financiar un ataque del Ejército ugandés contra un grupo rebelde de triste fama, el Ejército de Resistencia del Señor (LRA), en el este del Congo. El ataque fue una chapuza y permitió a los líderes rebeldes escapar y asesinar a 900 civiles como represalia. Era la primera vez que Estados Unidos participaba de forma directa en acciones contra el LRA, al que considera un grupo terrorista. El líder del LRA, el religioso fundamentalista Joseph Kony, ha secuestrado a decenas de miles de niños para que hagan de soldados y esclavos sexuales en la guerra de guerrillas que libra desde hace décadas contra el gobierno ugandés.
El nuevo Mando de Estados Unidos para África (Africom) defendió su papel en la misión y dijo que el ataque ugandés se habría producido de todos modos y que era “demasiado pronto para emitir un juicio definitivo” sobre la ayuda estadounidense. Pero algunos miembros del Congreso quieren que el papel de Africom en el conflicto se incremente. Un proyecto de ley pendiente, elaborado por los senadores Russ Feingold (demócrata de Wisconsin) y Sam Brownback (republicano de Kansas) y que cuenta con gran apoyo en ambos partidos, establece el compromiso de Estados Unidos de “eliminar la amenaza que representa el Ejército de Resistencia del Señor... mediante la ayuda política, económica, militar y de inteligencia”.
Aunque casi todo el mundo está de acuerdo en la necesidad de llevar a Kony ante la justicia -se ha negado a abandonar su escondite en la selva desde que la Corte Penal Internacional le acusó de crímenes contra la humanidad-, el proyecto de ley plantea interrogantes sobre el papel que le corresponde verdaderamente a Africom, que, hasta ahora, ha tenido una función sobre todo asesora, y compromete a Estados Unidos en uno de los conflictos más sangrientos y complejos de África. Tendrá que haber seguramente un debate..
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