Para el gobierno del premio Nobel (precautorio) Barak Obama la no estimada gestión de Cristina Kirchner promueve expresar señales claras, como las dadas por el soslayo al encuentro bilateral de ambos, como el concretado con los mandatarios de Brasil, Colombia, Chile y México.
Por León Guinsburg, para Rebanadas de la Realidad.
La claridad de la tirria se expresó en la visita del chileno norteamericanizado Arturo Valenzuela, primera espada para asuntos latinoamericanos del premio Nobel (precautorio) Obama. Las declaraciones de éste sobre la "inseguridad jurídica", referenciado en quejas de representantes de empresas norteamericanas en la Argentina ocuparon las primeras planas. Al parecer, estos temerían un sorpresivo desbaratamiento de maniobras de sobre y subfacturación con sus matrices - lo que se traduce en una inconmensurable fuga de divisas-, desde la implementación de controles y el ya anunciado proyecto de nueva ley de entidades financieras.
La "inseguridad jurídica" es el eufemismo que excusa las presiones e intervenciones yanquis en las políticas que no agradan a los suprapoderes, de quienes los sucesivos gobiernos de EE.UU. son desde custodios y gendarmes. No se ha dado, hasta la fecha, período presidencial en el que la bandera de barras y estrellas -enarbolada por "marines"- no desembarcare en playas ajenas en aras del "destino manifiesto" y "el modo de vida americano"., además de un particular concepto sobre la libertad.
Con parecida grosería a la de Braden, la admonición de Valenzuela reafirma el concepto de que el premio Nobel de la Paz (precautorio), negro, de discurso diferente e imagen progresista -con la salvedad de que se trata de un progresismo solo para norteamericanos-, no es más que otro presidente-gerente de los megagrupos industriales y financieros, cuyos intereses -a pesar de la crisis, la desocupación y la degradación enconómico-cultural del pueblo norteamericano-, se confunden con el interés.
El afán de destejer el mapa que, con mayor o menor énfasis ideológico vienen armando Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Chile (a punto de desertar), Venezuela y Nicaragua, deja clara la voluntad del premio Nobel de la Paz (precautorio) Obama, que discierne que hay guerras necesarias y que no hesita en aumentar el número de tropas invasoras en Afganistán. Para agrietar el bloque privilegiando tratos diferenciales con Brasil y Chile. En el caso argentino, disciplinando. Todavía -pareciera- no nos incluye en el"eje del mal"como a Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Paraguay y Uruguay no fueron aún tenidas en cuenta.
Lo vulnerable y lo ponderable
Al desagrado del gobierno por las declaraciones se suma la saga de conversaciones del enviado del premio Nobel de la Paz (precautorio) con Julio César Cleto Cobos, protagonista del ejercicio amoral de una vicepresidencia opositora funciona al fascismo agrario, Mauricio Macri, jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma y cabeza de un club de negocios devenido en partido político con desmedidos afanes recaudadores, y Francisco De Narváez, bisoño en política y vasto en verborragia.. Clara es la señal de preferencia por una coalición de derecha. También evidente el propósito de intervenir en el devenir argentino, como sucede habitualmente con los países del patio trasero.
De lo que está seguro el premio Nobel de la Paz (precautorio) Barak Obama, es que la Presidente no devolverá la gentileza enviando al vicecanciller argentino a conversar con los jerarcas del Ku Klux Klan y la Legión Americana.
A todas luces, ni Saez -flamante titular del radicalismo-, ni Carrió, supieron ganarse el interés del enviado, al contrario del CARI (Consejo Argentino de Relaciones Internacionales). Este organismo privado, integradom por "amigos" de los Estados Unidos como Rodríguez Giavarini, Bordón, Dagnino Pastore y Fraga entre otros, brindó el espacio para que el secretario adjunto Valenzuela se explaye a gusto.
Eduardo Duhalde, recientemente arribado de USA, tampoco fue objeto de entrevista, aunque Washington no desconoce sus atributos y su inquina al matrimonio Kirchner.
No se equivoca la inteligencia norteamericana al apreciar a nuestro país como terreno apto para desestabilizar, fundada en los desequilibrios internos y los humores volubles de la vasta clase media argentina. Y también en crecientes imponderables que el gobierno no controla del todo a pesar de su empeño.
Lo positivo generado por el oficialismo (nacionalización de los aportes previsionales, del agua correinte, Aerlíneas y el correo, la ley de medios, acuerdos del Mercosur, tratados bilaterales con Venezuela, ley de partidos políticos y otros de importancia estructural) resulta negativo para la visión imperial, en coincidencia con la oposición de derecha.
Los malos humores sociales, exagerados, alentados e inventados por el Partido Mediático, más el discurso implacable de la oposición institucional, ayudan a desnudar errores tácticos -que los hay-, más allá de la estadística favorable. Inseguridad, protesta piquetera, paro docente, corte de rutas, etc. constituyen cuadros innegables.
En el dilema de que el tiempo puede ser amigo o enemigo del caos, meter a todo en la misma bolsa es erróneo, pero también funcional a las conspiraciones. Resulta paradógico que la pobreza y la inseguridad sean hoy esgrimidas como bandera por quienes las provocaron a partir de la desmedida acumulación que abrió brechas sociales inéditas en la historia nacional. No es sustentable ejecutar una política distribucionista de centro izquierda sin modificar una economía de centroderecha, liberada al mercado y desregulada.
No existe distribución justa sin control oficial de precios, sin proporcionalidad impositiva, sin cerrojos a la fuga de divisas.
He aquí las razones del versátil humor social, que trasciende a lo político. Pero también es justo señalar que los cambios estructurales llevan tiempo -quizás también tiempo de caos- y producen imponderables.
El otro lado de la cincha
Del otro lado de la cincha tiran los detentadores de privilegios, hoy abroquelados en alianza férrea con el Partido Mediático.
El agrofascismo golpista de la patria sojera, con sus voceros Biolcatti, De Angelisa y Buzzi, crea instancias extremas de confrontación montándose en el revés electoral pasado y en la modificación del número en las cámaras del Congreso, donde progresismos disidentes llegan a ser funcionales al dominio de la derecha en comisiones claves.
El cuadro pinta alentador para la misión de Valenzuela de digitar un futuro dócil y entreguista en la Argentina. En un cuadro de situación signado por el propósito de minar el esfuerzo independentista conjunto del hemisferio, la Argentina es apuntada., Incluso, hasta esgrimiendo el disuasivo argumento de las bases militares estadounidenses en la Colombia de Uribe, el Vidkund Kisling sudamericano.
Se sabe, por otra parte, que si la CIA intensifica acciones en la Argentina, poco podrán neutralizar las siglas veráculas, se trate de la SIDE, el SIE, el SIM, el SIA, la SADE o la SADAyC.
La señal y las vísperas
La "señal Valenzuela" implica la disposición de minar al gobierno de la señora de Kirchner, ahogando la posibilidad de que otro de igual o parecido signo lo suceda. sí o sí. La bendición implícita a la derecha nativa alienta a fabricar el deterioro sistemático y cotidiano de esta administración, que ya ha comenzado con el Partido Mediático como ariete.
Imposibilitado el retorno por los hechos precisamente sin retorno que produjeron, no les sienta a Cristina, su esposo y sus partidarios más que profundizar su accionar, quemando las naves como Cortés.
Profundizar significa, a la par de convocar y movilizar a los sectores sociales menos favorecidos y a la clase media no tan desfavorecida, seguir atacando los flancos del privilegio con medidas irreversibles beneficiosas para el conjunto, recreando el Movimiento Nacional, no representado por los partidos políticos, nacionales, populares y patrióticos y por nítidos movimientos sociales.
Esa es la respuesta correcta a la señal de Valenzuela, enviado y primera espada para asuntos latinoamericanos del premio Nobel de la Paz (precautorio) Barak Obama, presidente progresista norteamericano que reconoce al gobierno ilegal de Honduras surgido de elecciones espurias y tramposas, que cree que su país hace guerras necesarias, que aumenta el número de tropas en Afganistán, que dilata el prometido desalojo de Iraq, que instala bases militares en Colombia y que en la Argentina opera para los sectores más reaccionarios y retrógrados.
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