Una de las golosinas más compradas es el caramelo. Una variedad impresionante de ellos se encuentran en la mayoría de los negocios especializados.
Aca les sugerimos los que nosotros ya probamos y nos dejaron con la boca cerrada.
) Los clásicos: SUGUS
Prócer de los caramelos argentinos. A pesar de su versión Max (un incómodo cuadrado de 3x3 cm.) y de algunos sabores fallidos (como el insulso “frutillas y crema”), seguimos bancando a los Sugus, sobre todo en paquete, con el viejo tamaño de 2x2. El mejor, sin dudas, es el de ananá, con el envoltorio azul.
2) Los ácidos: LIPO SUPER ACIDOS
Un caramelo ácido como debe ser. De buen tamaño, con baño mínimo de azúcar y una acidez marcada que refresca y mantiene el sabor de la fruta. Vida útil en boca: casi 10 minutos. Nuestro sabor favorito es naranja, pero en el quiosco es difícil distinguir cual es cual, ya que el envoltorio es igual en todos los casos.
3) Los perseverantes: PALITO DE LA SELVA
Valoramos que mantengan el mismo envase y el mismo sabor (una tonta mezcla de frutilla suave y vainilla) desde hace décadas y que sigan triunfando con esa fórmula casi naif. Hasta los adultos se siguen copando con los dibujitos de los animales de su envoltorio. Ideales para recibir como vuelto cuando el quiosquero se queda sin monedas.
4) Los sobrevivientes: SUCHARD
En alguna época fueron conocidos como los “Sugus Ácidos”. Hoy esos cuadrados duros mantienen su clásico doble envoltorio y son el único producto de mercado que se mantiene vivo con la marca Suchard. Hay que decir que de ácidos tienen poco, ya que predomina el azúcar. Vida útil en boca: 6-7 minutos. Sabor favorito: manzana.
5) Los suaves: BUTTER TOFFEE
Dentro de la categoría “no frutales” han habido decenas de intentos fallidos (Chocomaní, Mumú, por ejemplo). La excepción son los Butter Toffees que, siguiendo la receta de la clásica golosina inglesa, mezcla equilibradamente el caramelo y la manteca. Ideales para el invierno. A pesar de todas las reversiones, seguimos eligiendo el sabor original.
6) Los bizarros: FIZZ
Otro clásico que no decae. Ya su envase en tira es una rareza con colores que no se condicen con el sabor del caramelo que contienen. ¿Sabor? ¿Qué sabor tienen los Fizz? Nunca queda claro, como tampoco queda claro qué es ese polvito del que están rellenos. Con todo, tienen un sabor único: el del último timbre del colegio, ese que anunciaba que ya podías irte y comprarle algo al caramelero que esperaba siempre a la salida.
7) Los mediáticos: REFRESCO
Un caramelo redondo que mezcla muy acertadamente la fruta y el mentol. Hoy gana fama en la consideración de los habitués del quiosco desde que irrumpió en la pantalla la nueva estrella mediática, Ricardo Fort, su fabricante. Duración en boca: 6 minutos. Duración del estrellato de Ricardo Fort: no más de tres meses, suponemos.
8) Los light: BC
Relacionamos la marca BC con mermeladas y atún en lata, y ahora también con los caramelos. La marca llega al quiosco con caramelos frutales, sin azúcar agregado y, aseguran, 40% menos de calorías. Más allá de eso, lo cierto es que son muy ricos y, al no ser tan dulces, conservan un buen nivel de acidez. Los mejores son los de ciruela.
9) Los populares: Halls Cereza.
Un favorito sobre todo de los quiosqueros ya que, según nuestros sondeos, son los que más se venden. Los otrora Cherry Lyptus son frescos, frutados y logran disimular hasta el peor aliento a ajo.
10) Los retro: BILLIKEN MASTICABLES
La palabra Billiken te remite automáticamente a tu infancia. Y si no lees la revista, al menos podés comer sus emblemáticos caramelos masticables, en su versión frutada original o su versión más cremosa “con yogur”. Nos quedamos con los originales y el mejor (como ocurre con la mayoría de los masticables) es el que dice ser de ananá.
Fuente Planeta Joy.
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