La negociación en la Cumbre climática no avanza porque las naciones industrializados anunciaron metas de reducción de emisiones de gases insuficientes, a la vez que pretenden transferir su inmensa deuda ambiental a los países en desarrollo, afirmó ayer el canciller Jorge Taiana ante los delegados en Copenhague.
"Argentina considera que transitar hacia una sociedad descarbonizada será posible sólo con un compromiso global equitativo y de acuerdo al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas", manifestó ayer el jefe de la delegación argentina ante los delegados a la Cumbre de Cambio Climático.
Taiana indicó que Argentina apuesta a "una negociación que conduzca a la aplicación plena, eficaz y sostenida de la Convención sobre Cambio Climático y a la prosecución del Protocolo de Kyoto, con compromisos ambiciosos de reducción de emisiones” y "acuerdos similares y vinculantes de los Estados Unidos”.
"La Convención y el Protocolo deben ser fortalecidos: cualquier intento de debilitarlos será fuertemente rechazado por la Argentina", indicó el canciller.
Esos acuerdos comprometen a "los países desarrollados a transferir tecnología a los países en desarrollo y ayudar a crear capacidades endógenas".
"Los países en desarrollo requerimos que nuestra adecuación a tecnologías menos contaminantes se produzca no mediante la adquisición de patentes o de productos tecnológicos terminados, sino participando desde el comienzo en los nuevos desarrollos tecnológicos", fundamentó Taiana.
El canciller dijo que también "debe garantizarse a los países en desarrollo el financiamiento con fondos públicos para el acceso a las nuevas tecnologías para promover la ejecución de acciones de adaptación y también de mitigación".
Por su parte, los países en desarrollo tienen "la obligación de producir un programa de acciones voluntarias de adaptación a los efectos negativos del cambio climático para transformar los sistemas de producción y, al mismo tiempo, lograr un desarrollo sostenible con vistas al bienestar de la población", señaló.
Taiana expresó que "Copenhague no es un fin en sí mismo, sino una oportunidad de avanzar en un largo proceso que debe cambiar el actual paradigma de producción y de consumo por uno más justo, equitativo y racional".
"Este cambio de paradigma afectará las condiciones de trabajo (por lo cual) queremos subrayar la necesidad de una transición justa en materia laboral, que salvaguarde los actuales puestos de trabajo" y que "desarrolle un sistema económico generador de nuevas fuentes de trabajo decente", enfatizó.
Taiana cuestionó que "varios países desarrollados pretenden utilizar estas negociaciones para introducir nuevas restricciones de acceso a los mercados para los países en desarrollo".
"Argentina cumplió con sus obligaciones en el marco de la Convención", balanceó el canciller.
Los cumplimientos tienen que ver con un diagnóstico nacional en materia de emisiones de gases de efecto invernadero, en porcentuales y por sectores.
Asimismo, diseñó proyectos y estudios para modificar aquellos procesos productivos que constituyen en suelo argentino la causa de emisiones de gases de efecto invernadero, mayormente con fondos propios y complementariamente, con cooperación internacional.
"Llevamos a cabo investigaciones para aumentar la eficiencia de la producción agrícola y ganadera, y realizamos importantes inversiones en fuentes de energías renovables y limpias" para modificar nuestra matriz energética, a la vez que estamos ejecutando programas de ahorro y uso eficiente de energía, dijo.
Taiana hizo una apelación "a todos y, en especial, a los que más responsabilidad les cabe: que no defrauden las esperanzas de millones de personas que anhelan un futuro mejor". (Télam).-
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