La Paz, 15 dic (ABI).- Bolivia extiende la mano abierta a Estados Unidos, pero recibe como respuesta actitudes inamistosas y agresivas debido a que este país considera aún a la región latinoamericana como su patio trasero, manifestó el martes el presidente interino de la nación, Álvaro García Linera.
En una conferencia de prensa en el palacio de Gobierno, dijo que las represalias y amenazas de Estados Unidos se constituyen en "agresiones contra el pueblo boliviano y no ayudan a la construcción de los vínculos de amistad".
De esa manera el Jefe de Estado se refirió a la
determinación de la Administración de la Casa Blanca de mantener la
suspensión de las preferencias arancelarias andinas (ATPDEA por sus
siglas en inglés), mientras que las renovó a favor de Colombia, Perú y
Ecuador.
Afirmó que pese a ello el gobierno no se amilana y ha tomado las
previsiones para ingresar la producción boliviana a otros mercados con
el fin de que la medida del Gobierno de Estados Unidos no perjudique al
pueblo y a los empresarios.
Una vez que virtualmente se ha cerrado el mercado estadounidense
para algunos sectores exportadores bolivianos que deben pagar ahora
altas tasas de aranceles que hacen inviable su competitividad, se han
abierto otros mercados con preferencias como los de Venezuela y Brasil,
a los que probablemente se sume Argentina.
"Bolivia tiene interés en normalizar las relaciones con Estados
Unidos, pero siempre y cuando existan señales amigables y no respuestas
agresivas por parte de ese país", manifestó el presidente interino.
Agregó que Bolivia asume la misma actitud amistosa con todos los
países del mundo porque sustenta la cultura del diálogo y extiende la
mano amistosa para desarrollar vínculos que perduren en el tiempo.
Sin embargo aclaró que ello ni significa que Bolivia no defienda
con firmeza su dignidad y soberanía e impida que algunas naciones
pretendan entrometerse en los asuntos internos del país.
El Gobierno declaró persona no grata al embajador de Estados Unidos
en Bolivia, Philip Goldberg, en octubre de 2008 debido a que apoyó los
movimientos golpistas contra la democracia a cargo de grupos de derecha
y cívicos que promovieron acciones de violencia en algunas ciudades y
poblaciones rurales tras el referéndum revocatorio en el que el pueblo
apoyó en forma contundente al Presidente.
Pocos días después las autoridades hicieron lo mismo con los
agentes de la Agencia anti drogas de Estados Unidos (DEA) bajo la
acusación de haber cooperado con la conspiración contra la democracia.
García Linera convocó el martes a Estados Unidos al respeto mutuo
al subrayar que "se acabaron los tiempos coloniales y de servilismo.
Hizo patente su convencimiento de que "América Latina ha despertado
y ha roto la subordinación, las cadenas y el chantaje a los que estaba
sometida en el pasado por algunas potencias mundiales".
Dijo que en la actualidad se viven tiempos de recuperación de la
dignidad y de la defensa a ultranza de la soberanía y "eso no le agrada
a Estados Unidos que considera que Latinoamérica es aún su patio
trasero", reiteró.
"Como no soporta el surgimiento de esta nueva Latinoamérica,
Estados Unidos asume represalias y emite respuestas agresivas e
intimidatorias", señaló al referirse implícitamente a las advertencias
formuladas contra Venezuela y Bolivia por la secretaria de Estado de
esa nación, Hillary Clinton, debido a que ambas naciones mantienen
relaciones con Irán. Clinton manifestó que Irán supuestamente está
involucrado en el terrorismo.
El presidente Evo Morales anotó que Estados Unidos "no tiene
autoridad moral para acusar a otros países de terrorismo, cuando ese
país es el principal promotor de acciones terroristas en el mundo el
enviar tropas a diversos continentes para sembrar la guerra o instalar
bases militares en Latinoamérica con el fin de impedir la paz y la
integración regional.
García Linera aclaró que esos posicionamientos agresivos de la Casa
Blanca no se hacen extensivos al pueblo de Estados Unidos.
Explicó que el gobierno de Washington debe tomar conciencia de que
la decisión de Latinoamérica de exigir el respeto a su dignidad y
soberanía "no es temporal, sino que será una constante en permanente
crecimiento".
El Mandatario enfatizó que esas actitudes de la administración
Obama muestran el camino "de un imperio en decadencia que pierde
hegemonía militar y económica en el mundo y por eso reacciona con
virulencia".
Señaló que lo mismo pasó con el imperio romano y español en siglos
pasados que, al pretender dominar por la fuerza a otras naciones y sus
pueblos, recibieron como respuesta acciones de liberación que
provocaron su caída".
"Los imperios decadentes siempre reaccionan con violencia y con
acciones de guerra para aprisionar a las sociedades que se sublevan a
sus pretensiones y que buscan su independencia y libertad", expresó.
Dijo que la reacción de los imperios contra los pueblos que luchan
por su liberación va por dos vías, una representada por la
contrainsurgencia suave a través de la intervención en las culturas de
los pueblos y otra de violencia con la fuerza de las armas.
Sin embargo aseveró que esas actitudes de violencia "no intimidan al
pueblo latinoamericano que ha ingresado a un imparable proceso de
cambio y de defensa de su soberanía para adoptar las decisiones que
considere convenientes para su desarrollo.
"Se acabaron los tiempos en que los ministros y otras autoridades
debían esperar primero el visto bueno de Estados Unidos para asumir los
cargos o una vez en ellos vestirse de vaqueros para asistir a las
fiestas de la embajada", puntualizó.
García Linera manifestó que el proceso de transición hacia la
consolidación de la unidad y soberanía latinoamericana por encima de
los imperios demorará unos 20 o 30 años para lograr la transformación y
el fin de la hegemonía de Estados Unidos.
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