Se trata de la testigo Rosa Herrera, docente del Colegio San Francisco que conoce a Susana desde la época del secundario. Fue el viernes durante la jornada ocho del juicio por el caso Argañaraz. También declaró el jardinero de las imputadas, aseguro que luego del 31 de julio las imputadas llegaron a El Cadillal en un auto gris manejado por un hombre.
El lunes continúa la ronda de testigos.
Solamente dos testigos declararon el viernes en el juicio por el crimen a Ángela Beatriz Argañaraz ocurrido el 31 de agosto del 2006. De esta manera en la jornada ocho, la primera en tomar la palabra fue la docente del colegio San Francisco, Rosa Herrara, amiga de Betty. Afirmó conocer a Susana Acosta desde el secundario. Por eso no dudó en describirla, en diálogo con los periodistas, como una mujer “fría y cerebral”. Sobre Nélida digo que “es impulsiva”.
Otro dato interesante que no había declarado en el 2006 durante la investigación es que se enteró por otra docente, que en la tarde del 31 de julio o 1 de agosto de 2006, no pudo precisar, ésta mujer acompañó a Susana a una librería de 25 de Mayo primera cuadra y le llamó la atención que tenga mal olor y tierra en sus uñas. Lo que sostiene el argumento de la fiscal Gianoni quien asegura que las imputadas mataron a Betty y la enterraron en El Cadillal, sin embargo se hicieron innumerables rastreos y nada se encontró.
Por otro lado Herrera comentó que Betty “era muy buena compañera y siempre estaba predispuesta a ayudar. Tenía mucha idoneidad en lo que hacía. Era la primera en llegar al colegio. Ni siquiera se daba el gusto de irse de vacaciones porque lo que juntaba lo utilizaba en arreglar su casa”.
A su vez agregó que “entre los docentes sabíamos que Susana aspiraba a ser directora. Es más para una reunión se fue impecablemente vestida pensando que asumiría el ese cargo pero el representante legal, en su momento, el padre Gutiérrez, designó a otra persona lo que le cayó como un balde de agua fría. Incluso hicieron todo lo posible para demostrar que esa mujer no tenía los 10 años de antigüedad, requisito indispensable”.
Posteriormente, ante la prensa, opinó que el hecho de que “a Betty la hayan elegido como directora derivó en una situación tensa, de mucho nerviosismo, de la que mi amiga no pudo escapar, a lo mejor a estas señoras se les fue de las manos. Quizás las mujeres le juzgaron la relación que tenía con Julio y Betty posiblemente les contestó: la de ustedes tampoco es clara y ahí pudo haberse desatado el conflicto”.
También mencionó que Susana recibió muy mal la noticia de que Betty fue designada directora, pero no pasó lo mismo con Nélida. Este relato es exacto al de Julio Navarro.
El otro testigo fue José Manuel Gutiérrez, jardinero de Acosta y Fernandez, en la casa que tienen en El Cadillal. Contó que después del 31 de agosto, las ex novicias le pidieron que plante dos palmeritas. Según el testigo fueron en un auto azul que era el de Nélida. Sin embargo, en la declaración anterior afirmaba que era gris y lo manejaba un hombre pero no pudo reconocerlo.
A su vez indicó que después del allanamiento arregló el jardín porque no estaba en condiciones. Cuando terminó su declaración y el tribunal había salido, se acercó y saludo a las acusadas.
El juicio continúa el lunes a las 9 con el testimonio de Liliana Moyano, la médica forense de la Policía quien realizó las pericias en el auto y en el departamento con la técnica de luminol.
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