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AMPLIARUna obra llena de humor y simbolismo

"Popesku debe morir", una obra con sello propio

Fue distinguida en el 2008 en la Fiesta Provincial del Teatro por su peculiar dramaturgia. Una pieza inteligente y entretenida. Una narrativa personal y arriesgada. Escrita y dirigida por Guillermo Montilla Santillan, representará al país en un festival internacional en Chile, durante enero.

Opinión: muy buena.

En el 2008, “Popesku debe morir”, escrita y dirigida por el joven Guillermo Montilla Santillán fue distinguida en la Fiesta Provincial del Teatro por su peculiar dramaturgia. El fin de semana se presentó en el Círculo de la Prensa y en Aguilares. Únicas funciones antes de viajar a Punta Arenas, Chile donde participará del Festival Internacional: “Ceremonia Teatral del Hain. Encuentro de Teatro del mundo en la Patagonia” que se realizará entre el 7 y 14 de enero del año 2010.

Teatro moderno, innovador y bastante anarquista. Un guión que no llega a ser absurdo, realista, ni grotesco. En pocas palabras, imposible de enmarcarlo en una moda, estilo o estética precisa. Una pieza interesante, con humor. Inteligente, inquietante, entretenida. Desde lo estrictamente narrativo, personal y arriesgada.

Cuatro hombres, -un idealista sin remedio, un hijo de inmigrantes rusos cuyo padre luchó en Leningrado, un actor sin trabajo y un pasante del Museo Nacional- decidieron llevar a la acción una loca idea: Matar al dictador Popesku, con el objeto de demostrar a sus compatriotas que debajo de esa doliente apatía en que dormita su tierra, aún hay hombres con el tesón suficiente para decir: “Basta”.

Con estos datos se podría pensar que es una obra rusa, con estética de realismo social. Nada más alejado que eso. Obra de búsqueda ya que el autor cuestiona modelos, intenta buscar su propia narrativa, su estilo, su forma. La historia no tiene tiempo ni lugar histórico preciso. Todo transcurre en Uslivania, por la música, los nombres, pareciera que es Rusia, pero podría ser en cualquier parte.

Una hora y cuarto de acción constante. Vestuario simple y una escenografía absolutamente simbólica. Un cuadro hace las veces de ventana. Una estructura pequeña de silla, y una estructura más grande de mesa. Hay un teléfono que no es teléfono y una radio que no es radio. Nada existe. Todo es un juego. Una utopía, un sueño en donde cuatro tipos intentan hacer la revolución.

Ficha técnica

Actores: Fernando Godoy, José María Risso, Leandro Ortega, Sebastián Zamora. Edición de sonido: Juan Pablo Darmanin. Escenografía: Raúl Sabater. Diseño Gráfico: Mural Design. Producción Ejecutiva: Natalia Barrionuevo, José Luís Balteiro. Asistencia de Dirección: José Luis Balteiro. Texto y Dirección General: Guillermo Montilla Santillán.

Sebastián Ganzburg

sebaganzburg@gmail.com