El presidente de Brasil, Luiz Lula da Silva, afirmó ayer que su gobierno "no conversará" con el nuevo presidente hondureño, Porfirio Lobo.
"La posición brasileña es de no aceptación. No da para conversar con golpistas", reafirmó Lula al concluir su viaje a Portugal, reportó la prensa local.
"El golpista actuó cínicamente, dio un golpe en el país y
convocó a una elección cuando no tenía derecho. Ese ciudadano
(el nuevo presidente) tiene el derecho de realizar las gestiones
que entienda. La posición brasileña es de no aceptación. No se
puede hacer concesiones con golpistas", reiteró.
El presidente brasileño argumentó sus dichos al destacar que
sería "un riesgo para la democracia en América Central y en
América Latina legitimar la elección (el domingo, ndr) en
Honduras".
Lula ya había anticipado el lunes, que el gobierno brasileño
no reconocería la elección en Honduras.
"Brasil no tiene motivos para repensar la cuestión de Honduras. Brasil no tiene que reconocer y necesita mantener su posición, porque no es posible aceptar un golpe, sea militar o disfrazado de civil como fue el de Honduras", subrayó.
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