El jefe de Gabinete afirmó que ya se observa una "lenta recuperación" en ese aspecto y criticó a los “agoreros de siempre” que "no tuvieron razón con sus pronósticos". También defendió la reforma política y aseguró que lo que busca el Gobierno es "buscar un sistema sólido y no una kermese de partidos".
El funcionario expuso ante los Diputados.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, destacó ayer las políticas
implementadas por el gobierno para neutralizar el impacto de la crisis
financiera internacional y aseguró que el año 2010 "será un año
favorable para el consumo a partir de una lenta, pero visible
recuperación" al tiempo que criticó a los "habladores y agoreros de
siempre que no tuvieron razón con sus pronósticos".
También
defendió la decisión del Gobierno de la asignación universal por hijo y
dijo que "es imprescindible para evitar la deserción escolar y mejorar
la atención sanitaria" y sobre la reforma política dijo que "el
proyecto busca un sistema de partidos sólidos y no una kermés de
partidos" y subrayó que "esta lejos de nuestra intención ahondar el
bipartidismo".
Fernández brindó el informe
mensual ante la Cámara de Diputados, donde los legisladores de la
oposición centraron sus preguntas en la situación fiscal de la Nación y
de las provincias, y en el proyecto de salario universal por hijo.
El
oficialismo, en tanto, orientó sus preguntas a la iniciativa de reforma
política y en ese marco Fernández aludió a situaciones "nada casuales"
y que ocurren en las calles y que -según dio a entender- podrían estar
dirigidas a desestabilizar al gobierno.
"Que nos vamos a ir o
que nos van a sacar, que se lo saquen de la cabeza", afirmó Fernández,
en respuesta a esos supuestos intentos por desacreditar al gobierno
ante la opinión pública, materializados en manifestaciones e incidentes
callejeros "nada casuales", que -aseguró- "están siendo investigados".
Además,
cuestionó, sin nombrarla, a la líder de la Coalición Cívica, Elisa
Carrió, por sus denuncias, y a la SIP por "cobijar a algunos hombres
que fueron golpistas".
En el plano económico, pronosticó que el
2010 será un "año favorable para el consumo" en el país, a partir de
una "lenta recuperación" que ya se observa en ese aspecto.
Advirtió
que "no fue tan importante la desaceleración" de la economía en
Argentina por causa de la crisis financiera internacional y aseguró que
las buenas perspectivas tienen relación con la "intervención del sector
público en el área privada".
A su entender, eso permitió
"mantener fuentes de trabajo y evitar que los sectores más vulnerables
sintieran el impacto (de la crisis), y que muchos trabajadores
siguieran recibiendo salarios y no fueran despedidos".
En esta
línea, criticó a los "habladores" y "agoreros de siempre" que citan
como ejemplos de productividad a países limítrofes y señaló que "no
tuvieron razón con sus pronósticos".
En su informe mensual, el
funcionario nacional mencionó que "Brasil, Chile y Perú tuvieron caídas
mucho más pronunciadas de su Producto Bruto Interno en comparación con
Argentina, que en el segundo trimestre de este año marcó una baja del
0,8 por ciento".
En otro orden, Fernández también destacó las
cualidades del proyecto oficial de reforma política al asegurar que
"nada está más lejos de la intención del Gobierno" que ahondar el
bipartidismo en Argentina con esa iniciativa.
Declaró además que
lo que busca el Gobierno con la norma es "buscar un sistema de partidos
sólido y no una mérmese de partidos" y que "sea la gente la que decida"
con su voto cuál es la fuerza política "más importante".
Por
otra parte, el jefe de Gabinete defendió hoy en Diputados el proyecto
oficial de reforma política al asegurar que "nada está más lejos de la
intención del Gobierno" que ahondar el bipartidismo en Argentina con
esa iniciativa.
Fernández declaró además que lo que busca el
Gobierno con la norma es "buscar un sistema de partidos sólido y no una
kermese de partidos" y que "sea la gente la que decida" con su voto
cuál es la fuerza política "más importante".
El ministro
consideró que el sistema de partidos "se ha desnaturalizado en su
esencia" a tal punto que de los 685 partidos que existen, 33 son
nacionales.
"Lo que buscamos es fortalecer las instituciones de
la democracia", pero "es imposible acordar" con 33 fuerzas políticas en
pugna, expresó, y añadió que el oficialismo pretende "terminar con los
sellos de goma que no tienen representatividad".
El funcionario
aclaró no obstante que el proyecto "está abierto a los cambios que
quieran hacerle", y advirtió que está en contra de la boleta única
porque "es impracticable" en algunos sitios como la provincia de Buenos
Aires.
"Es indispensable aclarar que no estamos inventando",
dijo, y mencionó que "los niveles de exigencia son mucho menores que
los requeridos en otras democracias como Chile o Ecuador".
Según
el jefe de gabinete, el Gobierno pretende que sea "la gente la que
decida" y "terminar con los agoreros apocalípticos o los candidatos
inventados".
Defendió además la implementación de internas
abiertas y obligatorias y el financiamiento de los partidos y de la
distribución de la pauta oficial propuestos por el oficialismo.
Por
otra parte, Fernández advirtió que el Gobierno "está investigando
hechos puntuales" que ocurren en las calles y dijo que a su entender
"no son nada casuales".
En una de sus respuestas a la Camara
de Diputados sostuvo "que se saquen de la cabeza eso de que nos vamos a
ir o nos van a sacar" en respuesta a supuestos intentos por
desacreditar al gobierno ante la opinión pública.
Cuestionó
también a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que se reunió
recientemente en Buenos Aires, "por cobijar a algunos hombres que
fueron golpistas".
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