Eduardo Luis Duhalde prestó declaración como testigo ante la primera Corte d’Assisi, donde atestiguó sobre el funcionamiento del centro clandestino ESMA y al grupo de tareas 332.
“Massera era no sólo el responsable institucional de la represión ilegal sino que era el jefe directo de ese grupo de tareas", aseguró.
El secretario de Derechos humanos, Eduardo Luis Duhalde, prestó este
jueves declaración como testigo ante la primera Corte d’Assisi (Corte
en lo Criminal) en Italia, propuesto por el Ministerio Público Fiscal y
por los abogados de los ciudadanos italianos desaparecidos en la ESMA ,
que son Ángela Aieta de Gullo, Juan Pegoraro y Susana Pegoraro
Allí,
respondió a las preguntas del tribunal y de los abogados intervinientes
incluyendo a la defensora de oficio de Emilio Massera.
En su
exposición Duhalde hizo pormenorizados relatos sobre el funcionamiento
del centro clandestino de detención y exterminio que funcionara en el
casino de oficiales de la ESMA y sobre el papel que se le imputa al
grupo de tareas 332.
Señaló que “Emilio Massera era no solo el
responsable institucional de la represión ilegal sino que era el jefe
directo de ese grupo de tareas a cuyo fin usaba el nombre de cobertura
de Comandante Cero” y remarcó que “todos los traslados y asesinatos
producidos fueron con su conocimiento y aprobación”.
Sobre los
vuelos de la muerte indicó que “esa metodología se hizo intensiva a
partir del año 1977 cuando los asesinatos individuales dieron paso a
prácticas masivas de exterminio”.
“En un comienzo, en el año
1976 se asesinaba a los prisioneros con un cable alrededor de su cuello
y se industrializaron las políticas de muerte del mismo modo que
ocurriera en los campos de exterminio del nazismo”, relató.
Duhalde,
recordó la aparición de cuerpos en las costas y playas argentinas en
especial el caso de Azucena Villaflor de Vincenti y la monja francesa
Léonie Reneé Duquet vistas por varios de los sobrevivientes en la ESMA
y cuyos cuerpos fueran arrojados al océano y llevados por la marea
hacia la costa.
Además, señaló que “tras la pericias
realizadas a dichos cadáveres no identificados en el año 1977 indicaron
que los cuerpos presentaron fracturas por ser arrojados con vida desde
la altura de los aviones y que la causa de la muerte fue la inmersión”.
Luego el trabajo del equipo de antropología forense ha confirmado en el año 2005 la identidad de dichos cuerpos.
A
preguntas de partes hizo referencia a la participación directa de
Massera como colaborador del bombardeo a la plaza de mayo de 1955
cuando se desempeñaba como ayudante del ministro de marina Aníbal
Olivieri, uno de los jefes de la rebelión que dejara como saldo 308
muertos en consecuencia a los bombardeos sobre la población civil.
En
ese sentido, señalo que la masividad de secuestros, estimados en cinco
mil que se dividen en cinco dotaciones de mil, ya que en el intento de
no dejar pruebas la metodología genocida constaba en numerarlos del uno
al mil tal como relataran sobrevivientes de los campos de exterminio.
Duhalde
explicó también que “Massera hizo del crimen una utilización política a
partir de lo enunciado que a mayor represión mayor poder político” en
relación a sus disputas con el ejército de tierra.
En la
declaración que duró alrededor de una hora y media, Duhalde también
aseguró que “existían precisos reglamentos sobre la represión ilegal
tal el caso de la resolución 404 aplicable a las tres fuerzas armadas y
el Plan Cintara que es el de disposición de los medios de la marina
destinados a la represión ilegal”.
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