La medicación abusiva con reguladores del carácter en los niños con problemas de conducta sirve como medida de disciplinamiento del mundo adulto, pero aquieta la forma de ser de los chicos y ese "abuso de pastillas" puede terminar derivándolos a escuelas especiales, diagnosticarles discapacidad o proyectarles un futuro en las drogas, advirtieron hoy los especialistas.
Sus síntomas son asociados frecuentemente a dificultades de aprendizaje escolar y a problemas de adaptación.
"A nivel mundial hay un trastorno llamado Déficit Atencional que se dá
mas o menos en el cinco o seis por ciento de los niños y niñas. Ese
trastorno se diagnostica y en una sociedad medicalizada como la nuestra
se utilizan reguladores del carácter, como por ejemplo los
psicofármacos, para aquietar sus conductas", dijo a Télam María Noel
Miguez, uruguaya, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de La República, de Montevideo, y especialista en el tema.
Miguez,
que por estos días está completando su doctorado en Ciencias Sociales
de la UBA, en Buenos Aires, presentó como tesis doctoral una
investigación denominada "La Sujeción de los Cuerpos Dóciles".
"Lo
que trato de demostrar allí es que hoy en día en los niños traviesos o
con problemas de conducta se utiliza una medicación abusiva con
reguladores del carácter, como una nueva forma de disciplinamiento. Ese
abuso de medicación ocurre en la sociedad uruguaya, que es en la que
investigué, pero también ocurre en sociedades similares", agregó.
El
Síndrome del Déficit Atencional es un trastorno de la conducta
caracterizado por una actividad motora constante y desordenada, con
falta de atención e impulsividad.
Sus síntomas son asociados frecuentemente a dificultades de aprendizaje escolar y a problemas de adaptación.
La
especialista dijo que "el Déficit Atencional tiene todo un proceso de
diagnóstico. Es decir que se diagnostica como se diagnostica una
enfermedad cardíaca o la enfermedad que fuera.
Pero el Uruguay es una sociedad históricamente muy medicalizada.
Nos han medicalizado y hemos naturalizado la medicalización como proceso de disciplinamiento y de modernización".
Recordó
que "hoy en día está demostrado que entre el 35 y el 40 por ciento de
los niños con problemas de conducta, menores de 12 años, están
medicados con reguladores del carácter" y que se utilizan psicofármacos
para aquietar esas conductas".
Pero destacó que ya se los medica
a esos chicos "por el diagnóstico clínico" o por la "simple vista de
una maestra que en principio deriva al pediatra a un niño, porque dice
que se porta mal o que no atiende en clase".
"Entonces, sin un
diagnóstico certero de Déficit Atencional, se está medicando a niños
que se portan mal o que son traviesos", agregó.
Se trata de
niños que "teniendo una conducta de la que no es espera en la escuela
de hoy, la nueva penitencia entre comillas seria la medicación. Si te
portás mal te medico con psicofármacos".
Miguez dijo "lo que
estoy planteando es que en mi país lo que se naturaliza es justamente
la medicación como medio de aquietar formas de ser y estar distintas".
Además,
"hice un estudio comparativo entre los niños mas pobres de escuelas de
contextos culturales críticos como se le llama allá y de colegios
privados de mas alta alcurnia, digamos".
"En los dos casos se da
una medicación abusiva, pero lo que sucede por lo que veo en el trabajo
de campo y que a mi misma me ha sorprendido, es que hacia donde se
proyecta el campo de esos niños se restringe distintamente para un lado
y para el otro", afirmó.
En el caso de "los de clase alta
terminan en esa lógica que a futuro van a ser productivos, en esa
lógica de mercado que la familia o la sociedad requiere, porque está
todo dado para que sea así".
Sin embargo "los niños de contextos
culturales críticos terminan siendo derivados a escuelas especiales y
terminan siendo niños con discapacidad, en la mayoría de las
situaciones diagnosticados con discapacidad y con un futuro peor de lo
augurado en un principio. Más allá que si a un cuerpo de cuatro o cinco
años se lo empieza a medicar, a los 15 años lo menos que va a hacer es
consumir paco".
La especialista en estos casos no buscó ni
"culpables", ni "quien es el malo en esta historia", porque "todos
somos responsables como sociedad" y porque "hay una construcción
colectiva de nuestra sociedad disciplinada".
Ante el planteo de
búsqueda de alternativas al abuso de medicamentos, Miguez recordó que
"a nivel de la educación está bastante restringido" y que las
alternativas posibles "hay que buscarlas desde afuera", recuperando el
"discurso de escuelas de contexto crítico o de colegios privados que
tienen alternativas a esta problemática".
La especialista recordó que "hay un colegio privado con una experiencia muy interesante".
"Cuando
los entrevisté, me explicaron que como hay muchos chicos con problemas
de conducta, cuando entran a clases les hacen hacer 15 minutos de
meditación y luego hacen otros 15 minutos de meditación a la salida. En
estos lapsos se pueden incluir al yoga y a la expresión corporal", dijo.
También
"hay colegios de contexto crítico que lo que hacen es que los chicos
corran, que en algún momento del día de clases corran, es decir que
descarguen toda esa energía que tienen como acumulada".
Agregó
que "en otras escuelas a los niños se les enseña a jugar al ajedrez.
Allí aprenden a estar quietos, pero también aprenden a proyectar y
razonar sus actitudes".
"Por eso es que decimos que hay formas o
alternativas en lugar de la medicación. La medicación es como cortar
por el lado más fino", concluyó Miguez.
Todos los derechos reservados Copyright 2007
Terminos y usos del sitio
Directorio Web de Argentina
Secciones
Portada del diario | Ediciones Anteriores | Deportes | Economia | Opinion|Policiales
Contactos
Publicidad en el diario | Redacción | Cartas al director| Staff