26/10/2009 - Situación en General

El biogás favorece el medioambiente

La transformación de desechos de la industria agroalimentaria en un combustible limpio, como el biogás, elimina residuos nauseabundos y favorece al ambiente, afirmó el ingeniero químico Eduardo Hadad, quien desarrolló tres de esas plantas en Argentina, Estados Unidos y Canadá.

"Trabajamos para que los desechos de la industria agroalimentaria puedan ser transformados en productos combustibles limpios como el biogás, que cuando se quema devuelve a la atmósfera dióxido de carbono y agua", dijo a Télam Hadad, titular de Seguridad, Higiene y Protección Ambiental de la Universidad Católica Argentina.

El trabajo "complementa a la industria molinera del trigo,  empresas frigoríficas, lácteas o refinerías de maíz, que tienen importante cantidad de desechos causantes de graves trastornos ambientales porque se degradan generando olores nauseabundos", afirmó.

La idea es aprovechar este gas constituido mayoritariamente por metano y dióxido de carbono del depósito de basura, transformando contaminantes orgánicos en una fuente de energía renovable mediante una inversión de rápido retorno. 

"Una planta cárnica mediana, una procesadora de cereales o una usina láctea ahorrarían un cuarto de millón de dólares anuales en energía e incrementarían la facilidad operativa e independencia energética de la industria", afirmó Hadad, quien desarrolló el Proyecto Biogás Balcarce. 

El biogás es una mezcla constituida por metano y dióxido de carbono, y su producción, por la descomposición anaeróbica (en ausencia de oxígeno) de residuos orgánicos, genera combustible y abonos para utilizar en el suelo. 

Hadad disertará en las jornadas de exposición y capacitación organizadas por la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas "BIEL Light+Building", que se harán del 3 al 7 de noviembre próximo en La Rural, en el barrio porteño de Palermo. 

 La degradación de proteínas, grasas, fibras y azúcares
producto de deposiciones de vacas o pollos o residuos de la
ndustria pesquera- se transforman a través de un bioreactor en un combustible limpio, y el resto en abono que no tiene olor. 

El proceso se realiza en el propio lugar: "Nosotros hicimos en Balcarce una de las plantas de biogás más grandes en Latinoamérica", a partir del desecho de la papa, contó Hadad. 

El especialista dijo que "China acaba de inaugurar una planta de procesamiento de las `camas` de pollo que, con unos 100 mil animales, genera energía para proveer a una ciudad grande y no sólo sacan desechos, sino que disminuyen el consumo de carbón altamente contaminante". 

Hadad indicó que "la sangre y la grasa de los frigoríficos, los residuos de leche o la harina de pescado, que se pudren muy rápido generando un olor nauseabundo, tienen una conversión a gas formidable, de casi un metro cúbico por kilo", y que cuanto más fibroso es el desecho, más abono se obtiene y menos gas. 

 "En cada pueblo de la Pampa Húmeda hay un frigorífico y, en uno de cada tres, una planta lechera; toda la zona atlántica tiene industria pesquera y se extienden las regiones de maíz, trigo y soja por gran parte del territorio argentino", enumeró. 

Las empresas, "en vez de complicar la convivencia con sus vecinos y empleados, van a tener menos consumo de gas natural en sus propios procesos y, al consumir menos gas natural, no van a competir con el consumo domiciliario", sostuvo Hadad. 

Este investigador atribuye la todavía escasa difusión del procedimiento a que "los ingenieros no hemos informado convenientemente a los industriales pequeños y medianos". 

"Nosotros lo hicimos bien y barato, pero tuvimos que convencer de que el sistema funciona bien para Argentina con elementos locales", planteó. 

Hadad enfatizó que son mayúsculas las ventajas para los pobladores vecinos a una industria que genera desechos nauseabundos, con un resultado medioambiental óptimo. 

 "Metano, oxígeno gas, y dióxido de carbono, a la atmósfera; sumado a tierra, abono y semillas, se hacen más plantas que alimentan animales, y se reinicia el ciclo: al medio ambiente no se lo carga con nada", concluyó.