Los uruguayos se encuentran en los últimos días de una campaña que, sin diferencias relevantes en las propuestas políticas, acentuó el folclore electoral con jingles, discursos y acusaciones mediáticas entre sus candidatos.
La sucesión de Tabaré Vázquez ingresó en la cuenta regresiva este fin de semana con los candidatos José "Pepe" Mujica, oficialista y favorito, y el opositor Luis "Cuqui" Lacalle quemando sus últimos cartuchos en maratónicos cierres de campaña tras el doble objetivo de abroquelar a sus votantes y seducir indecisos.
A siete días de los comicios, los sondeos vaticinan lo mismo
que hace meses: que el senador y ex guerrillero tupamaro Mujica,
del Frente Amplio, se impondrá al ex presidente Lacalle, del
Partido Nacional, pero no logrará la mayoría requerida y habrá
balotaje el 29 de noviembre.
Los montevideanos no parecen incómodos, quizás sí hastiados,
por el fervor político que campea por todos los puntos
neurálgicos de la ciudad, en especial plazas y la rambla, paseo
tradicional costero y de recorrido obligado para cualquier
visitante.
"Es una elección como más pragmática, con esta campaña mediática tan pobre, basada en los insultos mutuos, sin aquel romanticismo que tenía el no haber estado nunca en el poder", afirmó a ANSA Leila Macor, periodista y escritora venezolana.
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