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Las artes marciales y la prevención de las adicciones

"La calidad de vida de los chicos que se vuelcan a una práctica sistemática con base filosófica, como es el Sipalki-do, mejora rápidamente", señaló el instructor de una escuela de esa disciplina

Para Luis Benítez, instructor de una escuela de la disciplina de la localidad bonaerense de Claypole, la filosofía del Sipalki-do beneficia aún más a los que están en riesgo de caer en adicciones, al convertirse en una herramienta válida para la prevención.

"Su filosofía se convierte en una herramienta para enfrentar la problemática porque apunta a formar en los chicos el respeto por el otro, la disciplina y la humildad", sostuvo a Télam.

El Sipalki-do, un arte marcial que evoca a las milicias por medio de 18 técnicas de combate, "fomenta un conjunto de capacidades que dan fortaleza para la vida y ayuda a relacionarse mejor con los demás", dijo el instructor y discípulo de Yoo Soo Nam, décimo Dan y presidente de la Federación Mundial de Sipalki.

"El Sipalki-do enseña a los chicos a respetarse. Una consigna que ellos internalizan rápidamente. Se suman a la consigna de llamarse entre ellos de "usted", lo que parece un detalle, pero no lo es", añadió Benítez.

La forma de comunicarse "a mayor distancia" ayuda a "ver al otro, a respetarlo", señaló el responsable de la escuela de Sipalki-do, que todos los años trabaja con una centena de niños y adolescentes.

"También se aprende a que el hombre comete errores" y que "para obtener un logro hay que trabajar y tener una paciencia infinita", dijo el instructor, quien aseguró que "hay que trabajar al menos ocho años sin interrupción para llegar a ser "cinturón negro".

El maestro, como lo llaman sus alumnos, asegura que hay un conocimiento de cada niño o adolescente y que, todos los años, al menos la mitad de los chicos que concurren a Sipalki-do mejoran su calidad de vida y sus vínculos.