El humor de los indecisos, que según un sondeo alcanzan el 12 por ciento, es auscultado por analistas uruguayos a días de las presidenciales para las cuales se mantienen como variables un difícil pero no imposible triunfo en primera vuelta del oficialista José Mujica ante el opositor Luis Lacalle y un más probable escenario de balotaje.
A menos de tres semanas del 25 de octubre, la sucesión de Tabaré Vázquez, primer presidente socialista de Uruguay que deja el cargo con una popularidad del 60 por ciento, deshoja sus últimos días de misterio tras una campaña cargada de acusaciones cruzadas entre candidatos que en buena medida consiguieron hacer invisibles las propuestas políticas.
El postulante del Frente Amplio, José "Pepe" Mujica, se
impondrá al ex presidente Luis Lacalle (1990-95) si aciertan los
sondeos que todo el año dieron por claro favorito al senador y
ex guerrillero tupamaro de 74 años.
Pero la proclamación de un segundo período para la izquierda
ese mismo 25 de octubre no parece tan clara ya que las mismas
encuestas marcan una tendencia de voto para Mujica que oscila en
45 puntos, lejos del 50 por ciento más uno de votos válidos
requeridos por la Constitución para imponerse en primera vuelta.
"El escenario de balotaje se mantiene. Aunque no descarto que
el Frente gane en primera vuelta no es el escenario más
probable", afirmó a ANSA el politólogo Adolfo Garcé, para quien
el voto de los indecisos, que promedian el 10 por ciento, puede
ayudar a la alianza de izquierda.
Observados con lupa por estas horas por analistas y
candidatos los indecisos rondan el 7 por ciento para la
consultora Cifra y 12 para Equipos Mori, según recientes
relevamientos.
Para Equipos Mori, los que aún no decidieron su voto
"pertenecen al segmento de menor y mayor edad" del electorado
mientras priman los que aprueban la gestión del saliente
Vázquez.
El 39 por ciento de los indecisos vive en Montevideo y el 61
en el interior y se encuentran sobre todo en las franjas
extremas: un 26 por ciento tiene entre 18 y 29 años y un 25 más
de 60 años, según la firma.
En cuanto a los candidatos, Mujica, el dirigente más original
de las últimas décadas en su país, mantuvo casi sin variantes su
popularidad tras la polémica que desató aquí y en Argentina el
libro "Pepe Coloquios" en el que cargó a su estilo, sin
sutilezas, contra la clase política de Buenos Aires.
Al ex ministro de Ganadería "la gente le perdona más (...) la
gente piensa 'bueno fue un error pero dice lo que piensa' y ése
es un factor valorado que hace que sea una persona popular pese
a que dice desde siempre cosas llamativas y provocativas y
cuestionables", sostuvo Garcé.
En contrapartida, añadió, en el humor popular "se instaló la
moda de que Lacalle se equivoca y es como que todo el mundo está
a la expectativa del próximo error" del candidato blanco que
entre sus dichos más groseros calificó de "sucucho" la chacra
donde reside Mujica.
La última encuesta de la consultora Cifra arrojó un 45 por
ciento de intención de voto para Mujica y un 31 para Lacalle.
"La urna va a decir otra cosa", minimizó Lacalle, quien sin
embargo nunca pudo acortar distancia de Mujica en los sondeos.
Detrás, sin posibilidades de ganar pero sí influir en una
segunda vuelta se ubicó el presidenciable del partido Colorado,
Pedro Bordaberry, quien según Cifra logra un 12 por ciento de
las preferencias y emerge para los observadores como uno de los
políticos de mejor proyección a futuro.
"Todos los analistas dicen que los indecisos van a ir para los blancos y colorados pero algunos votos van a ir también para el Frente y con esos indecisos el oficialismo va a estar muy fuerte con 48, 49 por ciento, con lo que prácticamente está ganando la elección en un balotaje", añadió Garcé, para quien la posibilidad de que gane Lacalle es "realmente muy baja".
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