El mandatario de facto de Honduras, Roberto Micheletti, levantó ayer el estado de sitio que suprimió hace una semana las libertades civiles, una de las condiciones exigidas por el presidente Manuel Zelaya para que sea creíble el diálogo que se iniciará con participación de la OEA.
"Yo quiero darle la noticia al mundo entero y qué más grato que estando presente esta ilustre dama (la senadora republicana de Estados Unidos, Ileana Ros-Lehtinen) para decirles que hemos derogado en Consejo de Ministros el decreto, todo el decreto, completamente", dijo Micheletti, en rueda de prensa, citado por el diario local La Tribuna.
El mandatario aclaró que pese al levantamiento del decreto que
establecía el estado de sitio, los medios de prensa opositores cerrados
(canal 36 y radio Globo) deberán demostrar ante los tribunales que
deben ser reabiertos.
El decreto fue cuestionado por diversos
sectores de Honduras, entre ellos los cuatro candidatos a la
presidencia que participan de las elecciones generales previstas para
el 29 de noviembre próximo y que apoyaron el golpe de Estado.
Por
su parte, la senadora estadounidense por el estado de La Florida,
citada por el diario local La Prensa, afirmó hoy, al ser recibida por
Micheletti, que "estoy con el presidente de Honduras, porque él es el
presidente de este país".
La decisión de levantar el estado de
sitio se produce luego de una reunión secreta de Micheletti con el
secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José
Miguel Insulza, en la base militar estadounidense de Palmerola, a 80
kilómetros de Tegucigalpa, a fines de la semana pasada.
Allí "se
le hizo saber al dictador la urgencia del diálogo a fin de restablecer
la democracia", lo que podría ser el llamado final a la cordura, según
un editorial del diario hondureño Tiempo.
Por su parte,
Micheletti dijo hoy que la crisis política del país podría ser resuelta
esta semana y que está dispuesto a renunciar, pero sin la restitución
de Zelaya.
El titular del régimen de facto indicó que la
solución más viable a la crisis sería a través de una propuesta de
"tercería", en la que él renunciaría al poder y Zelaya se olvidaría de
su restitución, según declaraciones a la televisión local que reprodujo
la agencia de noticias ANSA.
Pero también admitió, por primera
vez, que los responsables de haber sacado del país a Zelaya, a quienes
no identificó, serán llevados ante la justicia y "castigados" porque a
su juicio "se cometió un error" al enviar al mandatario depuesto a
Costa Rica después de su derrocamiento.
En tanto el destituido presidente hondureño, Manuel Zelaya afirmó hoy que sólo su "regreso al poder garantiza las elecciones".
"Hay
elecciones convocadas. Mi restitución garantiza las elecciones, una
transición pacífica (y) permite la alternancia del poder", destacó
Zelaya, citado por la Agencia Brasil.
También aseguró que está
"pronto" a realizar concesiones que garanticen un resultado positivo
para la misión negociadora de cancilleres de 10 países de las Américas,
prevista para el miércoles próximo.
Entre ellas, Zelaya,
depuesto hace 100 días, explicó que no cree que sea posible realizar en
los tres meses que le restan de mandato los cambios exigidos por sus
aliados de la resistencia antigolpista, como el llamado a una Asamblea
Constituyente para reformar la Carta Magna de Honduras.
Pero
Zelaya también descartó cualquier posibilidad de aceptar un acuerdo en
el cual él y Micheletti renuncien para que una tercera persona asuma el
poder.
Explicó que "eso sería otro golpe de Estado. Los países
del mundo están luchando por la restitución del presidente. Colocar una
tercera persona sería legitimar el golpe", explicó.
Por otra
parte, según un comunicado dado a conocer hoy en Washington por la
misión hondureña ante la Organización de Estados Americanos (OEA), que
responde al presidente Zelaya, el diálogo "es únicamente posible y será
fructífero si se lleva a cabo en un ambiente de transparencia,
franqueza, tolerancia y libertad".
Por eso, señala que el
gobierno "constitucional" exige en primer lugar "el cese de toda
actividad represiva, sin excepción"; el "restablecimiento de una
irrestricta libertad de expresión e información", así como la
"rehabilitación inmediata" de los medios de comunicación antigolpistas
"arbitrariamente cerrados".
Zelaya también reclama el "cese del
hostigamiento y acoso a la sede diplomática" brasileña donde se
encuentra alojado, informó la agencia noticiosa alemana DPA.
De
acuerdo con el comunicado, fechado el 2 de octubre pero dado a conocer
hoy lunes, el gobierno de Zelaya considerará el "cumplimiento fiel" de
estos puntos como un "mínimo de garantías de credibilidad" y una
"muestra de voluntad real de diálogo" por parte del gobierno de facto.
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